Editorial El Cuenco de Plata
Fecha de edición septiembre 2012 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9789871772360
Libro
Freud se mantuvo discreto respecto de la importancia que para él tenía Spinoza. En contraste, es conocida la inclinación de Jacques Lacan por él. En 1964, Lacan es expulsado de la Asociación Internacional de psicoanálisis. En el vacío que entonces se presenta, Althusser toma a su cargo a Lacan y lo convierte, a la manera de un Maquiavelo, en un Príncipe del que será consejero. Es, pues, un Lacan bajo influencia el que halla refugio en la École Normale Supérieure para dictar su seminario, y el que declara, en la primera sesión, que acaba de sufrir una excomunión, la misma que soportó Spinoza, un Kherem en su grado máximo.
Hacia el final de su "cogitación spinoziana", Lacan recusará la posición de Spinoza en lo que respecta al sacrificio y al Amor intellectualis dei por considerarla insostenible para el psicoanalista. El psicoanalista no puede ser excomulgado.
Con el mayor de los respetos Lacan despide a Spinoza, que tan central había sido para él. Ese gesto dista hoy de ser reconocido por numerosos psicoanalistas, cuya afiliación a su grupo descansa a menudo sobre una identificación con un Lacan excomulgado, apto para unificar lo que ellos llaman "el pueblo psicoanalítico".
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