Originaria del campo de la fitología, la hermenéutica se convirtió en centro de la argumentación erúdita en el siglo XVI en el marco del debate católico-protestante sobre el texto bíblico, pero fue a fines del siglo XVIII cuando la reflexión filosófica respecto de la actividad y los resultados de la hermenéutica fue más allá de la simple crítica de los textos y comenzó a hacerse preguntas difíciles sobre la naturaleza y los objetivos del conocimiento histórico como tales. Centrada primero sobre el texto mismo, pronto debió asumir el conocimiento y del descubrimiento del artista detrás de toda obra de arte, haciéndose evidente que el significado genuino del texto no podía descubrirse mediante el análisis estructural del texto; debía interpretar, arriesgar hipótesis respecto del mensaje oculto del texto. Entonces emergieron cuestiones metodológicas que presentaron dificultades nunca enfrentadas antes y que amenzaban con socavar los fundamentos mismo de las ciencias sociales. Los triunfos de las ciencias naturales llevaron a emular en el conocimiento social el mismo tipo de iluminación sensacional y poder explicativo de aquellas, pero pronto se descubrió que el desafío que se presentaba a la hermenéutica ante la idea de que las ciencias sociales habrían podido estar a la altura de los estándares de la lógica y la autoridad de las ciencias naturales radicaba en dos problemas: el del consenso y el de la verdad. Por consiguiente, las ciencias sociales, al afirmar su estatus científico, debían limitarse a probar que sus reglas de consenso y su estándar de verdad en la interpretación del sentido alcanzaran un grado comparable al que se había logrado en el estudio de la naturaleza. Este libro esta dedicado a discutir los más destacados intentos para ofrecer prueba de ello y en él, con erudición y compromiso, Zygmunt Bauman discute los fundadores aportes de Dilthey, de quienes vieron la comprensión como actividad de la vida -Heidegger y de Schutz a los etnometodólogos-...
Zygmunt Bauman nació en Poznan, Polonia, en 1925 y falleció en la ciudad inglesa de Leeds en 2017.<br> Tras la invasión nazi, su familia se refugió en la zona soviética y Bauman se alistó en el ejército polaco, que liberaría su país junto a las tropas soviéticas. Fue miembro del Partido Comunista hasta la represión antisemita de 1968; la consiguiente purga le obligó a abandonar su puesto como profesor de filosofía y sociología en la Universidad de Varsovia. Después enseñó sociología en Israel, Estados Unidos y Canadá, y fue profesor emérito en la Universidad de Leeds (Reino Unido).<br> En su abundante producción destacan libros fundamentales de la sociología contemporánea como Modernidad y holocausto o Modernidad líquida, o el volumen de conversaciones Vivir en tiempos turbulentos, donde nos brinda un acceso privilegiado a su pensamiento y a diversos aspectos clave de su vida. Zygmunt Bauman mereció el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, el Premio Amalfi de Sociología y Ciencias Sociales (1992) y el Theodor W. Adorno (1998).
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