Editorial Trotta
Colección Enciclopedia iberoamericana de la filosofía, Número 23
Lugar de edición
Madrid
Fecha de edición enero 2001
Idioma español
EAN 9788481644739
440 páginas
Libro
Dimensiones 145 mm x 230 mm
Acerca del siglo XIX, del que Heidegger dijo en uno de los trabajos de Sendas perdidas que estaba todo por estudiar, tenemos dudas incluso de la duración que le fue propia. Thomas Mann, hacia el final de su vida, ya acabada la Segunda Guerra Mundial, seguía confesando que él era un hombre del siglo XIX, mientras otros que, como Ortega, siempre aspiraron a ser contemporáneos a pesar de sus múltiples programas de superación, nunca lo abandonaron. Cada vez más se extiende la opinión de que el siglo acabó hace unos años, cuando los irritados berlineses arruinaron la última frontera que separaba a los europeos, la única estructura de dualidad que permanecía en pie de aquella fábrica de dualidades que construyó el siglo XIX. Pero si tenemos problemas con la duración que le es propia a éste, podemos suponer que acerca de todo lo demás -sentido, estructura, orden y méritos- tenemos algo más que dudas. Si el siglo XVII contempló la transfiguración carismática del Estado como instituto de paz, de administración y de derecho, así como la firme maduración de la ciencia físico-matemática sostenida por una oportuna metafísica; si al siglo XVIII le compete en la marcha histórico-mundial la emergencia de la razón moral, que vuela soberana en las alas de la crítica radical, junto con la transformación de la república de las letras en el público autónomo y responsable; si todo esto es así, para el siglo XIX no tenemos una etiqueta clara. Este siglo es como el telar de Penélope. Hace y deshace su camino, confirmando que la historia se puede leer de muchas maneras. El nombre de Burckhardt podía ser invocado aquí. Entonces quizás podríamos sospechar que su sentido pesimista de la decadencia brotaba de la falta de orden interno al propio tiempo histórico del siglo XIX. Más sabio que otros, consideraba este hecho como una condena. Jamás identificó en el horizonte de Europa un germen de orden que fuese al mismo tiempo promesa de grandeza. Junto al suyo, por una asociación inevitable, nos
José Luis Villacañas (Úbeda, 1955) se doctoró en 1981 con una tesis que vio la luz como La filosofía teórica de Kant en 1984. Desde entonces ha dedicado libros a la filosofía de Jacobi, Schiller, Fichte, Hegel, Schelling y Blumenberg, persiguiendo la tradición kantiana en el pensamiento posterior. Ha sido profesor en la Universidad de Valencia, en la Universidad de Murcia, en el Instituto de Filosofía del CSIC y actualmente es profesor en el Departamento de Filosofía y Sociedad, que dirigió desde 2009 a 2022. La serie Imperio, Reforma y Modernidad, así como Teología política imperial y comunidad de salvación cristiana constituyen dos de sus proyectos intelectuales más ambiciosos.
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