Editorial Fontamara
Fecha de edición noviembre 2014 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9786077921691
66 páginas
Libro
La teoría del cuento contemporáneo surgió de La filosofía de la composición, texto crítico elaborado por Edgar A. Poe para explicar minuciosamente cómo creando su poema El cuervo, insistiendo en que ningún punto de su trabajo tiene que ser referido a la casualidad o la intuición. Poe, conocido como el maestro del relato corto, en especial de terror y misterio, fue el primer escritor que definió de este modo el relato y demostró su teoría artística en algunos de sus propios cuentos, manipulando escenarios, personajes y diálogos para crear inexorablemente en el lector el estado de ánimo propicio para el crimen perfecto. Esa brevedad y necesidad de condensación recomendadas en principio para el cuento demuestran su parentesco con la poesía. Prueba de ello es que La filosofía de la composición parte del análisis de El cuervo: los rasgos apuntados en el texto se convirtieron en la base teórica para la caracterización del cuento, tal como se lo entiende actualmente, he ahí la importancia de esta obra.
Edgar Allan Poe hijo de unos actores ambulantes de teatro, se quedó huérfano a los dos años. Fue criado por John Allan, un hombre de negocios rico, y educado en Inglaterra y Norteamérica. Su vida universitaria fue rebelde y libertina, en esta época es cuando el poeta empieza a beber, hasta que es expulsado de la Universidad de Virginia por jugador. En 1827 escribió su primer volumen de poesías, Tamerlán, en la que se denota una leve inclinación byroniana. En 1830 lo admitieron en la Academia Militar de West Point, de la que pronto fue expulsado. A partir de entonces se inicia su agitada carrera literaria.<br> Vivía al día, como periodista con un sueldo mediocre, pero estas actividades lo llevaron a conseguir muchos trabajos en calidad de colaborador y posteriormente, llegar a la dirección de numerosos periódicos, entre ellos el Southern Literary Messenger, el cual se convirtió bajo su dirección en el más importante periódico del sur. Por todos estos empleos recibía un sueldo mísero, pero a cambio le daban la oportunidad de publicar sus relatos, lo que le proporcionó fama; sin embargo, la mayor parte del tiempo vivió el la más absoluta miseria, con algunos lapsos de relativa calma.
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