Editorial Quálea
Lugar de edición
Torrelavega, España
Fecha de edición mayo 2009
Idioma español-inglés
Traducción de López Truco, Eduardo
Prologuista López Truco, Eduardo
EAN 9788493690908
115 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 14 mm x 21 mm
Probablemente sea la trayectoria desarrollada en sus últimos cuatro libros, de los cuales dejamos amplia constancia en esta antología, la que ha llevado a Henri Cole a consolidarse como una de las voces más interesantes, personales y prometedoras de su generación; en estos términos fue saludado por Harold Bloom en The Best of the Best American Poetry. Gran parte de su aliento poético se centra en el objetivo de otorgarle un significado a la realidad contemporánea y al contexto sentimental en el que vive. Con este escenario personal, con su mirada y su interpretación del mundo, Cole busca despertar la sensibilidad y orientar la percepción hacia los pequeños detalles que explican la vida. Rasgar el velo de lo aparente para así revelar lo escondido, el sentido oculto que subyace tras la mera apariencia de las cosas o los seres, es su manera de construir la realidad , y se imbrica en la línea de lo que postularon escritores postmodernos como Baudrillard, Derrida o Lyotard. La poesía de Cole, elegíaca, sensual, rebelde, visionaria y siempre profundamente honesta, acerca al lector, a través de resonantes imágenes, un discurso que sin perder su ámbito de intimidad, acaricia muchos de los grandes temas del hombre moderno: el sexo, la memoria, la soledad o la muerte.
PRÓLOGO Algunas de las revistas culturales más representativas del ámbito anglosajón (The New Yorker, The Atlantic Monthly, The Threepenny Review) mantienen el hábito de publicar en cada entrega uno o varios poemas. Entre nosotros, algo así ha sido inusual hasta hace no muchos anos, cuando algunos periódicos o magazines abrieron las páginas de sus publicaciones o de sus suplementos culturales a la poesía. Esta iniciativa ha supuesto una pequeña grieta en el muro infranqueable de la realidad cultural en España, por la que el público
puede acceder a un poema de la misma manera que puede leer un relato o una crónica teatral, sin que practicamente nadie en la actualidad pueda cuestionarse la conveniencia de su inclusión en una publicación regular.
Descubrí la poesía de Henri Cole en 2001 al leer su poema "Radiant Ivory", en The New Yorker. No pude escapar ni a la musicalidad de sus versos ni a la fuerza de sus imágenes, ambas sustentadas en un lenguaje preciso y altamente elaborado, con la ausencia del padre y la emoción de su recuerdo como núcleo temático. La construcción del escenario donde tiene lugar la recreación de ese sentimiento y el
desarrollo emotivo del tema, que sobrecoge en muchos casos por su honda densidad moral, despertaron mi curiosidad lectora hacia su obra.
Henri Cole nacio en Fukuoka, Japon, en 1956, donde se emplazaba el contingente militar al que estuvo destinado su padre. Pronto se trasladó junto a su familia a Virginia, desarrollándose por completo su formación en Estados Unidos. Su obra se inició en 1986 con The Marble Queen; en 1989 añadió la publicacion de The Zoo Wheel of Knowledge, a la que se sumaron The Look of Things en 1995, The Visible Man en 1998, Middle Earth en 2003 y Blackbird and Wolf en 2007. Henri Cole ha trabajado como poet in residence y ha impartido clases en diversos campus universitarios como los de Columbia, Harvard y Smith College. Durante el periodo comprendido entre los
años 1982 y 1988, desempeñó la funcion de director de la Academy of American Poets, una organización fundada en 1934 "con el objetivo de apoyar a los poetas en todas las etapas de sus carreras y de promocionar el gusto por la poesía contemporanea . Actualmente, imparte clases en la Ohio State University.
Tanto los premios como las ayudas a la creación que ha recibido de diversas fundaciones o instituciones norteamericanas, cuya tarea se dirige a la promoción de la literatura y, como no puede ser de otra manera, a sostener económicamente a los escritores que favorecen con sus ayudas, le han permitido dedicarse exclusivamente a la poesía durante largas temporadas y residir en países como Japon, Alemania, Francia o Italia.
Su poesía se ha visto favorecida por diversos premios y reconocimientos públicos entre los que destacan el Premio de Poesía Kingsley Tufts y el Premio de la Academia Americana de Berlín. Tambien ha sido finalista del Premio Pulitzer con Middle Earth. Su último libro, Blackbird and Wolf (Farrar, Straus and Giroux, 2007), ha recibido el Premio de Poesía Lenore Marshall 2008. Este galardón lo concede la Academy of American Poets al libro de poesía más importante publicado en Estados Unidos el año anterior. Algunos
de los poetas que han obtenido este premio en anteriores ocasiones han sido, entre otros: Philip Levine, Thom Gunn, W. S. Merwin, y Charles Wright.
Quizá la mejor manera de poder situar su obra sea la de acercarnos a la poesía que le sirve de referente. Henri Cole ha manifestado abiertamente su predileccion por Wallace Stevens, W. H. Auden, Wislawa Szymborska, Seamus Heaney, James Merill, Anne Carson y Louise Gluck. Su poesía, en cambio, avanza un paso más con el objetivo de otorgarle un significado a la realidad contemporánea y al contexto sentimental en el que vive. Con este escenario personal, con su mirada y su interpretación del mundo, Cole busca despertar la sensibilidad del lector y orientar su percepcion hacia los pequeños detalles que explican la vida. Rasgar el velo de lo aparente para así revelar lo escondido, el sentido oculto que subyace tras la mera apariencia de las cosas o los seres, es su manera de construir "la realidad", en línea con lo que postularon escritores postmodernos como Baudrillard, Derrida o Lyotard.
En una entrevista concedida a The American Poetry Review sienta las bases en las que se sostiene su corpus poetico: "Creo que los poemas inicialmente tienen que ver con la expresión del sentimiento y la emoción, como Eliot decía, pero no pueden ser considerados exclusivamente por ello", declara. "El poema, prosigue, no es sólo una respuesta al mundo externo, también ha de presentar al lector una mente en acción, un yo en diálogo consigo mismo". El poema surge
como una "explosión de la conciencia", afirma Henri Cole.
Su actitud frente al poema, sin descuidar la importancia del lenguaje, que debe ser el elemento que incremente y refuerce "el poema de la pasion", de la sensibilidad, se dirige hacia un objetivo superior, que no es otro que el de sumergirse en las profundidades del ser y la memoria, para, a traves de la palabra, lograr aproximar su mundo, su vision de las cosas, al hombre perplejo o confuso que encontramos en
sus versos y que se nos antoja trasunto del propio autor.
La tensión emocional que parece impregnar cada uno de sus poemas es consecuencia de un estado de ánimo, o de una excitación interna que subyace detras de ese anhelo de encontrar repuestas o soluciones a problemas que sobrepasan, en muchos casos, la esfera personal; así, su pensamiento se adentra en terrenos que lindan con el destino del hombre o el sentido último de la vida. Es inevitable apreciar el valor simbólico que adquieren los animales que aparecen en sus
poemas. Su naturaleza pura, la ausencia en ellos de remordimientos,
memoria o prejuicios morales, sirven a Cole para tomarlos como modelos de ese "estar en el mundo", de una ética de la naturaleza despojada de las cadenas que aprisionan al ser; la sublime y primaria esencia.
La poesía es tambien para Cole una forma de conocerse y reconocerse a traves de los constantes cambios que se producen
en el interior de cada uno de nosotros a lo largo de nuestra vida. La memoria voluntaria (al contrario que en Marcel Proust) recrea un pasado que se hace vívido presente en sus poemas y así, la palabra descarnada y la honesta reflexión, obligadas por la firme voluntad del poeta, obtienen un sentido de todo pasado y una explicación para un torturado presente; lejos de cualquier forma de autocompasión, la
poesía representa para Cole una lúcida y antigua fórmula de redención. No es extraño que concluya la entrevista anteriormente citada con las siguientes palabras: "El placer de la escritura no está tanto en el conocimiento que obtengo, sino en el proceso y en el desarrollo. El placer de escribir esta en el ardor del intento".
Ese intenso tono expresivo que antes citábamos está sustentado
por un lenguaje altamente elaborado, de un lirismo depurado, seco, ascético casi, que nace de la emoción, del sentimiento, para llegar a concretarse en una expresion intelectual de gran valor moral que se va definiendo a lo largo del viaje poético. Esa expresion ahonda en la intimidad del personaje que lo protagoniza, el cual va construyendo con palabras un espacio intimo en el que refugiarse.
Así, la resonancia humana en su obra se origina en la soledad y es consecuencia de la reflexión. Sus poemas parten en muchos casos de un punto de vista personal y pocas veces sobrepasan el pequeño radio de acción de la vida diaria, de la mera anécdota, como lienzos que cuentan más por cuanto impactan en la percepción que por la realidad que intentan reflejar.
Su obra se caracteriza por la relevancia que adquiere el tema de lo humano y la atmósfera intimista que recrea en cada poema; de este modo, en su obra se descubren varios ejes temáticos: la búsqueda o el conocimiento de sí mismo, los conflictos familiares (a través de la recuperación de momentos vividos en los que su madre o su padre, ya fallecidos, aparecen como seres dolorosamente amados, aunque
en vida mantuvieran una relacion que se deduce llena de tensiones y desafectos), el sexo y la homosexualidad (vivida en conflicto con su fe católica, como se refleja en "White Spine", lo cual deriva en una incomodidad espiritual, en un debate entre la realidad y sus deseos), o las propias relaciones afectivas.
Pero estaríamos dejando de lado gran parte del interés que tiene su poesía si únicamente pensasemos en ella como una herramienta al servicio de sus intereses personales. Cargada en ocasiones de un fuerte impresionismo visual, la poesía de Cole logra reproducir la belleza de un instante en el recuerdo (lease "The Pink and the Black") o de un paisaje, dejándola impresa en el marco imaginario que constituyen los versos de un poema. En otras ocasiones su discurso se dirige hacia un ideal o una utopía de progreso (lease "Necessary
and Impossible"); frecuentemente la plasmación de un sentimiento o una circunstancia personal le permite introducir una reflexión de caracter universal acerca de sentimientos como la amistad, el amor o la irreconciliable realidad que existe entre lo que queremos o quisimos ser y lo que realmente somos; la profusión de comparaciones gráficas
introduce nuevas y extrañas relaciones entre las cosas y los seres; las preguntas retóricas, un recurso habitual en sus poemas, consiguen que la voz del poeta surja de lo mas íntimo y dialogue con el lector, las cosas o los animales, conformando un discurso que, sin perder su ámbito de intimidad, acaricia muchos de los grandes temas del hombre moderno: el sexo, la memoria, la soledad o la muerte.
Probablemente sea la trayectoria desarrollada en sus últimos cuatro libros, de los cuales dejamos amplia constancia en esta antología, la que le ha llevado a consolidarse como una de las voces más interesantes, personales y prometedoras de su generación. En estos términos fue saludado por Harold Bloom, en The Best of the Best American Poetry. Evidentemente, esas palabras sirvieron para proyectar su obra, pero también colocaron su poesía en el punto de observación crítica de lectores y especialistas, como acostumbra a
suceder con este tipo de afirmaciones sobre la obra de autores
que se encuentran en la plenitud de su creación. A propósito de esta polémica, en una reseña a su libro Middle Earth, publicada en The New York Times, Maureen N.
McLane escribió que "no vamos a culpar a Cole por sus admiradores". Uno no es responsable de los lectores que genera su literatura ni de lo que en ellos suscita. Robert Philips, otro crítico, manifestaba, a propósito de las antologías de poesía norteamericana más recientes, su irritación por aquellas propuestas poéticas que rompen con todo y
cuya seleccién sería más adecuada dentro de la música hiphop o las performances, frente a su entusiasmo por aquellos poetas que saben cómo se escribe un verso y cómo escoger las mejores palabras en el mejor orden, sin que eso pueda suponer un perjuicio para la poesía o para la expresión personal. Por supuesto, la voz de Henri Cole debe adscribirse dentro de esta tendencia.
Consciente del lugar al que ha quedado relegado el genero, Cole afirma escribir para gente que lee poesía, que comparte una sensibilidad y unos intereses intelectuales. No obstante, pese a que la obra de Cole ha huído siempre de la actualidad política y de cualquier intención de carácter social, esa preferencia se truncó con motivo de las protestas que se llevaron a cabo en medio mundo en contra de la Guerra de Irak. Henri Cole escribió entonces el poema "To the
Forty-third President", que sirve de colofón a esta antología, y en el que el autor descarga su ira contra el máximo dirigente de su país y pone en tela de juicio las decisiones unilaterales que adopta demasiado a menudo el poder establecido, y que escapan a la voluntad y a los deseos de los ciudadanos.
Cuando en noviembre de 2005, Henri Cole participó en el I Festival Internacional de Poesia Mahalta, invitado por sus organizadores los poetas Pere Pena y Txema Martinez, leyó este y otros poemas en el recital de clausura, en el que intervino junto a Philip Levine, José Manuel Caballero Bonald y Pere Rovira. Su voz llenó la platea del teatro con versos a mitad de camino entre la protesta, el testimonio y la denuncia del hombre del siglo XXI que vive acosado por un mundo hostil. Podra parecer grandilocuente, pero las palabras, que son aire, resonaron aquella velada en el interior de más de una alma dormida, llegando a despertarla con la explosión de las conciencias de alrededor. A tanto alcanza el poder de la poesía.
NOTA A LA EDICIÓN
Cada traducción de un poeta se realiza con la intención de que la palabra poética del autor contribuya a enriquecer la lengua a la que se traslada, sumando así una nueva perspectiva a la tradición cultural que lo acoge. Los poemas de esta antologia pertenecen a sus cuatro libros mas recientes.
Dentro de estos hemos procurado ofrecer una muestra significativa de
aquellos que reflejan mejor la personalidad poetica de Henri Cole, que se ha ido consolidando y adquiriendo la relevancia que posee en la actualidad a lo largo de los ultimos años.
En los poemas de Henri Cole abunda la intertextualidad y las referencias culturales a autores como Carl Jung, Elisabeth Bishop, Marianne Moore o Martin Heidegger. Del mismo modo sus versos esconden a menudo dobles significados. No hemos querido contaminar el texto con notas indicativas ni aclaraciones para no entorpecer su lectura. Hemos procurado mantener fielmente el sentido del original, asi como el ritmo y la cadencia en cada uno de ellos. Que lo hayamos conseguido o no es algo que el lector debe juzgar. En las ocasiones en que ha sido imposible mantener toda la significacion de sus versos, hemos optado por aquella opcion que mejor se adecuaba a cada momento, aun a riesgo de perder otros sentidos que pudiera sugerir el original. En beneficio del lector, hemos puesto a su disposición una edición bilingüe en la que podra apreciar la musicalidad de su poesía y la riqueza semantica que esconden sus palabras.
La presente seleccion no hubiera sido posible sin la idea original de
Rafael Fombellida. Las lecturas atentas de Tomas Cano, Josep María Nogueras y Shane Murphy de los sucesivos borradores, contribuyeron a mejorar la version final. Los poemas "Radiant Ivory", "Childlessness" y "Gravity and Center" fueron publicados inicialmente en la revista Ultramar, no 8-9, Santander, 2003; su traducción nunca se hubiera concretado sin la amistad y sabiduria de Carlos Ramos, profesor del Wellesley College, con quien también firmé la traducción del poema "To the Fortythird
President". Asimismo, en la revista Azul, no 1, Lucena, 2008, se
publicaron versiones de los poemas "Birthday", "Eating the Peach" y "Beach Walk", elaboradas con Juan Manuel Romero, cuya lectura e interpretación revirtió en pro del resultado definitivo. Joaquín Ríos observó y clasificó las especies ornitológicas que asoman por estos poemas. Por supuesto, este proyecto no sería el mismo de no haber contado en todo momento con el respaldo y la supervisión de Henri Cole. EDUARDO LOPEZ TRUCO, Lleida, octubre de 2008 POEMAS Si hay algo que lamenta mi familia
es la ginebra y el sexo furtivo;
el General, mi hermano, intenta
rechazando todo compromiso
impedir que sus hijos me conozcan.
¿Hay miel más dulce para la abeja
que la que se le niega? Si la ahuyentas,
regresa con más saña. Qué diré
a los que vengan dentro de unos años
a rectificar el pasado. Si uno
de nosotros sucumbe a la ebriedad,
dejad que sea el amor el que incline el vaso. THE PINK AND THE BLACK
The sea a goblet of black currant liqueur.
The pink sky regarding me sadly.
The hand that was mine, motionless,
between passages in a story.
The sucking sound of underwater breathing, spitting.
The limy bubbles sequining the sea.
The mutable shape we call man, rising out of it,
all nostrils and lips behind glass.
The Day-Glo flippers striking against limestone
like a Spanish fan on pearls.
The limp, sac-like bodies, pink suckers in perfect rows,
hooked at the belt.
The oyster-white rock on which we sat.
The sleepy face that looked at me.
The crossed ankles.
The inky cloud, like an octopus's secretion,
moving overhead.
The sun a watery white mess.
The dainty, crocheted net where the sea urchins slept.
The long spines of the one shucked for me.
The bowie knife, sharp as a curate's words, cutting, cutting.
The intractable sea flattening and flattening.
The metallic back of something escaping,
reveling beneath the shadows.
I had been so lonely, hungry as a snake. EL ROSA Y EL NEGRO
El mar una copa de negro licor de arándanos.
El cielo de color rosa observándome con tristeza.
La mano que fue mía, inmóvil,
entre episodios de un relato.
El sonido absorbente bajo el agua respirando, escupiendo.
Las burbujas de limo rielando en el mar.
La forma cambiante que llamamos hombre, alzándose liberada,
toda nariz y labios tras un cristal.
Las aletas fluorescentes golpeando contra la piedra caliza
como un abanico español en unas perlas.
Los cuerpos flácidos de los tentáculos rosados, abatidos,
en filas perfectas, colgados del cinturón.
La roca nacarada sobre la que nos sentamos.
La cara adormilada que me miraba.
Los pies cruzados.
La nube entintada, como la secreción de un pulpo,
alejándose en lo alto.
El sol una mezcla blanquiaguada.
La delicada red de ganchillo donde dormían los erizos de mar.
Las grandes púas del que capturé.
El machete, afilado como las palabras de un cura, cortando, cortando.
El intratable mar calmándose, calmándose.
La espalda metálica de algo que escapa,
entrevisto bajo las sombras.
He estado tan solo, hambriento como una serpiente.
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