Editorial Austral
	
					
					
						Colección Austral Básicos, Número 0
					
					
					
					
					
					
					
						Fecha de edición  junio 2014  · Edición nº 1
					
					
					
						
						
							
						Idioma español
							
							
							
						
						
						
						
						
						
						
						
						
					
			    	EAN 9788467041576
					
						
						224 páginas
					
					
					
						
					
						Libro
						
							encuadernado en tapa blanda
						
						
						
						
					
					
					
						
					
					
					
								
					
						Dimensiones 100 mm x 150 mm
					
					
						
Camarada, esto no es un libro; quien toca esto toca a un hombre . 
Así define Walt Whitman (1819-1892) una obra que construyó a lo largo de casi cuarenta años. Fruto de una época y de un lugar -la Norteamérica del siglo XIX-, este gran poema épico nace y crece con la intención de definir al hombre y a la nación americana frente al dominio cultural anglosajón. Su polémica ruptura, formal y conceptual, con el canon poético tradicional fue tal, que se dice que toda la poesía norteamericana posterior es un continuo diálogo con Whitman; incluso buena parte de la poesía occidental, desde el español García Lorca hasta el caribeño Walcott, bebe de esta fuente de inspiración. 
Walt Whitman nació en West Hills, Long Island en 1819, pero su infancia transcurrió en Brooklyn; murió en Camden, New Jersey, en 1892, convertido en el más famoso de los poetas de su país. Autodidacta, trabajó desde la adolescencia en muy diversos oficios, pero el principal de ellos fue el de impresor y periodista. Durante la guerra de secesión trabajó como enfermero. En 1855, sin nombre del autor, pero con su fotografía en la cubierta, publicó el libro que estaba llamado a revolucionar la poesía, Hojas de hierba, una obra que iría creciendo en páginas e influencia en las sucesivas ediciones, la última de las cuales apareció poco antes de su muerte. Hojas de hierba fue una obra revolucionaria en lo formal y en la temática. Se desentendió de los convencionalismos métricos y del estereotipado lenguaje poético para utilizar un versículo de resonancias bíblicas y un lenguaje en el que tenía cabida el habla de todos los días. Walt Whitman quiso ser el poeta de la democracia, de la nueva sociedad que se estaba creando en los Estados Unidos. Cantó la belleza del cuerpo humano, masculino y femenino, y llevó a sus versos temas que hasta entonces habían quedado fuera de la poesía. Su influencia en la poesía contemporánea fue inmensa y sin él no se entienden ni el Pessoa de las grandes odas de Álvaro de Campos ni el Neruda del Canto general ni el Lorca de Poeta en Nueva York.
			
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