Noblecourt, Christiane Desroches
Editorial Edhasa
Lugar de edición
Barcelona
Fecha de edición mayo 2004
Idioma español
EAN 9788435026512
598 páginas
Libro
encuadernado en tapa dura
Dimensiones 16 mm x 23 mm
Hija de Tutmosis I y casada a los dieciocho años con su hermanastro Tutmosis II, a la muerte de éste Hatshepsut se convirtió en la primera reina de Egipto, en la primera faraona, y con ella se inició un período de calma y prosperidad, aun cuando su legitimidad no dejó de ponerse en entredicho y a su muerte su cuerpo desapareció y se intentó acabar con todo rastro de su existencia.
Reconstruir la biografía de una reina tan enigmática e injustamente denostada como fue Hatshepsut con el rigor histórico que la época y el personaje merecen es una ambiciosa empresa que sólo una egiptóloga audaz, escrupulosa y experta como Christiane Desrochés Noblecourt podía llevar a buen puerto.
De su minuciosa y detallada investigación surge la extraordinaria imagen de una soberana que, gracias a una aguda inteligencia, una indiscutible astucia y un coraje sorprendente, logró convertirse en la primera reina de Egipto y supo mantenerse en el trono durante veinte años.Y, al mismo tiempo, la autora nos ofrece una colorista recreación de su corte y su tiempo, logrando transportarnos al escenario de los hechos de un modo que sólo algunos muy buenos novelistas consiguen.
Una obra maestra de la investigación histórica.
Christiane Desroches Noblecourt (1913-2011) dedicó su larga trayectoria como egiptóloga a descifrar y proteger el legado del Antiguo Egipto. No se limitó a explorar como hicieron otros fue la primera mujer en dirigir una excavación arqueológica en 1938 , sino que arriesgó su propia vida al unirse a la Resistencia para ocultar los tesoros egipcios del Louvre de las manos nazis. Años después, sus esfuerzos lograron la preservación de los templos nubios que iban a desaparecer por la construcción de la presa de Asuán uno de ellos, el de Debod, recaló en Madrid . Su empeño como escritora fue animar a los lectores, sin extenderme en explicaciones eruditas ni fatigarles con palabras altisonantes .
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