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						Colección Narrativa juvenil, Número 0
					
					
					   Lugar de edición
					
					Madrid, España
					
					
                    
					
					
					
						Fecha de edición  octubre 2021  · Edición nº 1
					
					
					
						
						
							
						Idioma español
							
							
							
						
						
						
						
						
						
						
						
						
					
			    	EAN 9788469888650
					
						
						312 páginas
					
					
					
						
					
						Libro
						
							encuadernado en tapa blanda
						
						
						
						
					
					
					
						
					
					
					
								
					
						Dimensiones 140 mm x 210 mm
					
					
						
La emocionante conclusión de la aclamada trilogía de "Los truhanes".
El Corrupio apoyó el puño sobre el reposabrazos del Trono Leal y bramó, dirigiéndose a los dormidos: "¡Yo... soy... el... marqués!". 
Tras escapar de las minas de sal, Ánade, Collejo, Sooli y Otte regresan a la Fortaleza para averiguar quién es el responsable de reanimar al sanguinario Corrupio. Pero con la hidalga von Eisen como regente, lo único que les aguarda allí es una mazmorra y el hacha del verdugo. 
Los niños se esconden dentro de los muros de la Fortaleza, mientras buscan pistas a la desesperada. Y cuando llega, el Corrupio enfrenta a amigos y aliados entre sí. 
El tiempo se agota. Sin más apoyo que el de una gata, un fantasma y una gallina que ha olvidado su verdadera identidad, tendrán que usar todo su ingenio y toda su magia para derrotarlo al Corrupio. 
Es dramaturga y escritora de libros para niños. Ha trabajado como profesora en Australia y Papúa Nueva Guinea, y también como conductora de un autobús turístico, periodista autónoma, malabarista, técnico de artes comunitarias, editora y actriz profesional. Le llevó un tiempo darse cuenta de que todos aquellos empleos eran en realidad un entrenamiento para convertirse en escritora. En la actualidad vive junto a la playa, al sur de Tasmania, con un gatito atigrado y un montón de simpáticos perros en el vecindario. Aún no ha dominado el arte del mimetismo por imitación del vacío, pero se le da bastante bien el camuflaje.
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