Editorial Impedimenta
Lugar de edición
Madrid, España
Fecha de edición octubre 2024 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788419581761
392 páginas
Libro
Dimensiones 140 mm x 218 mm
Una selección de relatos de horror que muestra lo más oscuro del mundo vegetal. Una antología que reúne a nombres como Roald Dahl, Eudora Welty o H.P. Lovecraft. Orquídeas sanguinarias, bosques enteros que se rebelan contra quienes los masacraron, setas tan bellas como venenosas, robles majestuosos que se convierten en la reencarnación del hombre de la casa, maravillosas enredaderas que reviven espantosos fantasmas del pasado, máquinas rudimentarias que permiten registrar el terrible sufrimiento de las plantas maltratadas, árboles solitarios que señalan el mismísimo umbral a un mundo pesadillesco Un verdor siniestro recorre la literatura de los siglos XIX y XX y nos recuerda que las plantas, seres fascinantes y misteriosos, benéficos y letales a la vez, encarnan la otredad en forma de monstruo silencioso, al tiempo que padecen los efectos de la avaricia que lleva al ser humano a usurpar y destruir sin compasión aquellas formas de vida que, reducidas a materia prima, pueden generar riqueza. Gótico botánico es un catálogo de historias del mundo vegetal más fantástico, que incluye a autores tan destacados como M.R. James, Richmal Crompton, H. P. Lovecraft o Roald Dahl, y que permite, además, descubrir las inquietantes creaciones de escritoras pulp como Mary Elizabeth Counselman, Maria Moravsky o Eli Colter. A partir de ahora, el verde será el nuevo negro. CRÍTICA Ya sea como eficaces símbolos de temas universales, en forma de remotos miedos victorianos y de personajes híbridos, peligrosos o sedientos de venganza, los vegetales ofrecen una fascinante variedad literaria, consecuencia lógica de su casi infinita y perturbadora cantidad de especímenes y de todo lo que nos queda por descubrir sobre ellos. Patricia Esteban Erlés
Nathaniel Hawthorne (Salem, Massachusetts, 1804-Plymouth, 1864) escribió alegorías, de las que, sorprendentemente, llegaría a arrepentirse. Fue amigo de Herman Melville, quien le dedicó Moby Dick. Fue un recluso voluntario, por una especie de malentendido con las puertas. Terminó sus días como Hölderlin, escribiendo encerrado en una torre. Poe, que no era de halago fácil, dijo de él: Lo considero uno de los pocos hombres de genio indiscutible que ha llegado a dar nuestro país . Para el editor Duy ckinck era como si ese genio, sin deudas respecto al pasado o a contemporáneos extranjeros , hubiera caído del cielo.
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