Emergencias

Resumen del libro

Here comes the sun
Me levanto a las seis de la mañana
-Malola va de viaje-
tambaleándose hacia la cocina:
"No merece la pena, cuscurrillo",
y regreso hacia el sueño
tibio y desangelado de la cama;
vuelve y la veo vestirse,
imposible dormir.
Beso un te quiero adiós.
Sin darme cuenta estoy
leyéndome ya a uno
de mis maestros en Filosofía.
Me impongo una tostada.
Desde el plexo solar me va creciendo
una alegría infame
para las soledades de este mundo,
pero espontánea y firme,
con intuición de ajuste.
Me pongo a trabajar pero divago,
ya viene el sol, hasta que se despiertan
Irene y Laura y nos servimos
desayunos gamberros
como Dios manda en sábado
y giramos la vida ante nosotros
como bola de helado por la lengua
y una de ellas, que va a morir un día,
descubre fascinada que la luz matinal
tras el cristal del vaso es como el arco iris
y eso hace que la otra,
que sabe ya lo suyo del sufrimiento humano,
cuente lo que ha aprendido sobre estrellas.
Hasta aquí solamente de momento
Dios mío, este poema, confesional y explícito,
viene a decir adrede, sin poder aguantarme,
que me encanta que existas como nada en la vida
y que aunque dude de tu amor increíble,
quisiera preferirlo a cualquier otra cosa.
Leyendas bajo el sol
A los poetas numenóreanos en el destierro
Oigo abrirse las flores y a mis tataranietas
que me llaman hermano, gozando la justicia
de un ser humano libre de mercado,
de una igualdad concreta y personalizada.
Ya se habrá comprendido que nuestro
movimiento
condiciona la vida de los astros,
y se superará la masa crítica,
y dejarán los necios de ser sabios.
La moral será ética y el amor, experiencia,
y los sueños del ser
humano que se piensa,
con su dolor seguro y su esperanza a cuestas,
con su vida de arte y su ciencia, modesta,
fantasía real sobre la verde hierba.