Hay en cada poema de José Emilio Pacheco una clara voluntad de iluminar el lenguaje y el mundo por medio de una reflexión moral sobre nuestra condición: sus textos consiguen levantar -en medio del ruido y el silencio sin sentido- mecanismos cristalinos a través de los cuales podemos ver, sentir y pensar la realidad circundante.
La materia, la inteligencia y la sensibilidad se nos aparecen, así, en esta escritura ejemplarmente equilibrada, en todas sus dimensiones: junto a la tragedia y el desgarramiento, la irrisión y la ironía ácida del poder y el cinismo; al lado de la violencia, el fulgor de la hermosura que en su fragilidad alimenta su fuerza y su presencia y nos acerca, acaso, a algo semejante a la salvación.
Cada tema contiene su contratema y en el roce de ambos surge la chispa de la intuición poética para unirlos, separarlos, lanzarlos más allá de sus identidades cambiantes; las palabras que los recogen y los expresan en EL SILENCIO DE LA LUNA son una lección de transparencia.
José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 1939-2014) publicó sus primeros cuentos en La sangre de Medusa, libro al que siguieron El viento distante y El principio del placer. Dentro de su obra narrativa destacan Morirás lejos y Las batallas en el desierto, un long seller desde su lanzamiento. Su obra poética, que comenzó con Los elementos de la noche y El reposo del fuego, no tiene parangón e incluye ya catorce poemarios reunidos en dos antologías. Destacada es, así mismo, su labor como ensayista, en particular en Inventario , columna publicada a lo largo de cuatro décadas en la que confluyen lo literario y lo periodístico, fundamental para comprender la cultura de México y del mundo. Sus traducciones de Beckett, Wilde, Tennessee Williams o T.S. Elliot, por mencionar algunas, nos acercan a los referentes de la literatura universal. Recibió, entre otros, los premios José Asunción Silva 1996, José Donoso 2001, Octavio Paz 2003, Ramón López Velarde 2003, Pablo Neruda 2004, Alfonso Reyes 2004, Reina Sofía 2009 y Premio Cervantes 2009.
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