Este libro no sólo es una detallada crónica de
esos escándalos sino también una acertada
crítica a quienes consideran que cualquier
intento de reclamar la intervención estatal o de
proponer controles o regulaciones a la
actividad económica son formas de populismo
o retrocesos a las políticas setentistas, sin
advertir que no siempre lo público es nefasto ni
los manejos privados una panacea
|