Editorial Olañeta
Fecha de edición junio 2012 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788497167840
156 páginas
Libro
Dimensiones 100 mm x 140 mm
Conjunto de textos en torno a la literatura que se inicia con un artículo sobre el coleccionismo escrito con motivo de la mudanza a Berlín del autor y el desembalaje de su biblioteca en cuyas páginas se advierte su amor a los volúmenes que había reunido a lo largo de los años. Le sigue una sugerencia "para coleccionistas pobres" en la que señala la posibilidad de adquirir ejemplares baratos, los libros llamados "viejos". Benjamín también coleccionó publicaciones de enfermos mentales o "novelas para criadas" del siglo pasado que eran una especie de folletines. La obra se completa con capítulos sobre jeroglíficos, una panorámica sobre el libro infantil, abecedarios de hace cien años, "pirámides de luces de Navidad" y "los juguetes rusos". Se incluyen ilustraciones de la época.
Los temas tratados ofrecen un elenco de curiosidades y están expuestos por su autor con claridad y sencillez y enriquecidos con referencias a datos socioculturales del momento. En estas breves páginas se observa la preocupación e interés de Benjamín por los valores artesanales y populares del arte así como algunos rasgos de su peculiar personalidad entre los que se encuentra su pasión por los temas estéticos y literarios. El volumen resulta de interés para coleccionistas y está prologado por Fernando Ortega.
Walter Benjamín (Berlín, 1892-Portbou, 1940) es un filósofo y crítico literario alemán.
Nació en Berlín en 1892, en el seno de una próspera familia judía. Estudió filosofía y se licenció en Berna en 1918 con una tesis sobre el concepto de crítica del arte en el Romanticismo alemán. Trabajo singular con el que sin embargo no consiguió integrarse en la institución académica, aunque su nombre se asocia indefectiblemente con la formación temprana de la Escuela de Frankfurt. Influido por la mística judía y el marxismo, dejó una obra polifacética en la que se combina la filosofía, la sociología y la crítica literaria, y cuya influencia ha ido creciendo exponencialmente desde su muerte. Se quitó la vida en Portbou, al creer que las autoridades lo devolverían a los nazis, de los que huía, de una manera o de otra, desde 1933.
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