Cosmologías

Resumen del libro

Homero Altesor: "Cosmologías: De Minkowski a Merleau-Ponty" (Biblos, Buenos Aires 1999).

El profesor uruguayo Homero Altesor, miembro del Ateneo de Montevideo y autor de numerosos trabajos filosóficos, acaba de publicar en Buenos Aires un breve y enjundioso volumen con el titulo: Cosmologías. De Minkowski a Merleau-Ponty que interesará a filósofos, epistemólogos y científicos, pero también a los poetas y a todo espíritu sensible, interesado en ampliar su visión de la realidad.

El libro, que propone rastrear en la cosmología de Eugene Minkowski el origen de los últimos trabajos de Merleau-Ponty, sobrepasa en mucho este propósito académico al diseñar ante los ojos del lector una metafísica de fascinante proyección cosmológica.

Frente al mundo sustancialmente dividido y fragmentado que descubrió el pensamiento moderno, será necesario fundamentar y contribuir al desarrollo de una nueva cosmología, afirma Altesor (p.37) El cosmos es multidimensional, pero se integra también con lo no dimensionable. Es al mismo tiempo continente y contenido, trascendente e inmanente. Por ello es que su conocimiento no se agota en los datos de la percepción ni en las explicaciones de la razón, en los datos de la memoria, en la profecía o en la imaginación creadora del arte que hablan de el. ( p.39 )

Dando por superados tanto el dualismo cartesiano sujeto-objeto como el fragmentarismo relativista de la post-modernidad , Altesor despliega a partir de las cosmologías de Minkowski , Merleau-Ponty y sus discípulos actuales, un pensamiento abarcador del hombre y del mundo que restaura viejas verdades de la filosofía pre-socrática y de antiguos legados milenarios.

Conocedor de Dionisio Areopagita, Nicolás de Cusa, Paracelso y Giordano Bruno, por dar algunos nombres de una vasta familia de pensadores , el autor uruguayo reconoce la marca oriental de este pensamiento que aproxima totalmente el ser y el pensar. Se pasa de una lógica que piensa el ser a un pensamiento que se mueve por así decirlo en el ser mismo . La fenomenología de Husserl ,sostiene, ha preparado el camino para esta confluencia revolucionaria de las ciencias, la filosofía y la mística.

Tanto Eugene Minkowski como Maurice Merleau-Ponty han partido de la ciencia , y ambos, cada uno en su tiempo ,alcanzan una metafísica cosmológica. Minkowski, psiquiatra, realizo en 1933 sus estudios sobre la esquizofrenia poniendo al descubierto la causa de la enfermedad en una fractura de la relación vital hombre cosmos.

Altesor nos muestra fehacientemente como se va afirmando en la labor de Minkowski la idea de salud como armonía cósmica, en coincidencia con la nostalgia de la unidad perdida que se halla en la base de las escatologías místicas o religiosas. La enfermedad individual y social deviene de esa perdida, que se acentúa en la época moderna. Pero en Minkowski no se plantea únicamente un problema medico: se trata de una concepción del hombre que se inserta en una concepción del mundo y del ser. Así lo ha expresado en sus libros Le temps vecu ( 1934 ) y Vers une cosmologie ( 1936 ) que Altesor interpreta con lucidez. Estas obras, contemporáneas de los últimos escritos de Husserl asumen el carácter de anticipo fundante con respecto a la obra de Merleau-Ponty, en parte publicada póstumamente.

Altesor conoce bien la trayectoria de Merleau-Ponty, que parte de la psicología y alcanza a conectar la orbita de la percepción con la pertenencia al Logos uno e indivisible. Afirma: La obra de Merleau-Ponty comienza por un estudio del hombre, de su conducta corporal, modos de percibir, lenguaje, integración social y cultura, pero alcanza su mas alto grado de desarrollo cuando adquiere el significado y alcance de una cosmología ( p. 118 ) Cita profusamente al filosofo francés de quien tomamos las siguiente palabras: Es necesario que el pensamiento científico pensamiento de sobrevuelo, pensamiento del objeto en general, se vuelva a situar sobre un hay previo, en el sitio, en el suelo del mundo sensible, del mundo labrado tales como ellos son en nuestra vida (...) para ese cuerpo actual que yo llamo mío. ( L oeil et l esprit, citado por Altesor, Cosmologías, Pág. 81 ), Merleau-Ponty, comenta el autor, ha reconocido la primacía de Oriente en esta manera de integrarse en el cosmos.

Tal relación intima y fundamentada justifica la incursión de Altesor en el antiguo texto del Bhagavad Gita, donde descubre concomitancias profundas con la cosmología de Merleau-Ponty. Tanto en uno como en otra, mundo y espíritu, cuerpo y alma , aparecen indisolublemente unidos.

Un universo vivido, un tiempo y un espacio real, corporalmente habitado, espiritualmente incorporado, sustituyen en las nuevas cosmologías a las construcciones ideales de la razón. Se ha pasado de la lógica al Logos, del sujeto pensante al hombre como rayo de mundo, como concreta manifestación del ser. Refiriéndose a Le visible et L invisible, obra póstuma de Merleau-Ponty, dice Altesor: El rayo de mundo es una segregación del ser. El hecho de que el hombre sea un rayo de mundo supone que estamos ya en el mundo del ser.

La identidad sustancial del microcosmos y el macrocosmos, afirmada por la adición, es sin duda un concepto capaz de revolucionar el campo de las ciencias, convirtiendo a estas en un capitulo de la filosofía o sustituyendo el filosofar sistemático que abarca un largo tramo de la historia por una filosofía nueva que ,que concilia los saberes del hombre y mas aun, abre un horizonte de posibilidades vitales para nuestro tiempo. Cabe que nos preguntemos ¿ no es este el reinado de la poesía, no estamos acaso en el territorio propio del artista, el shaman, el iniciado, por siempre marginales a la filosofía académica así como al campo riguroso de la ciencia ¿ Lo cierto es que el libro de Homero Altesor , escrito con rigor y erudición , adquiere vuelo poético tanto por su coincidencia profunda con la visión del creador - ya puesta en evidencia en su estudio sobre el poeta franco uruguayo Isidore Ducasse - , como en los ritmos intensos que rigen su expresión, y hacen de ella un instrumento estético. También la expresión filosófica alcanza en ciertos casos este nivel.

El libro da cuenta por otra parte, de la atmósfera filosófica nueva, poco o nada conocida en estas latitudes, a no ser por los anticipos coincidentes de Rodolfo Kusch o del chileno Feliz Schwartzmann , quienes llegaron por distintos caminos a posturas análogas. En tal sentido, Altesor muestra pertenecer a una constelación pensante que integran Marc Richir, Jacques Garelli, Gilbert Simondon y otros filósofos franceses, abridores de rutas y de puentes en los mas altos niveles del pensamiento actual.

Graciela Maturo