Adorno, Gretel
Benjamin, Walter
					
						
					
						Editorial Eterna Cadencia
	
					
					
						Colección Ensayo, Número 0
					
					
					
					
					
					
					
						Fecha de edición  febrero 2012 
					
					
					
						
						
							
						Idioma español
							
							
							
						
						
						
						
						
						
						
						
						
					
			    	EAN 9789871673360
					
						
						384 páginas
					
					
					
						
					
						Libro
						
							encuadernado en tapa blanda
						
						
						
						
					
					
					
						
					
					
					
								
					
						Dimensiones 140 mm x 220 mm
					
					
						
Las ciento ochenta cartas que componen este volumen documentan tanto una amistad excepcional, como las formulaciones y los proyectos más desafiantes de Benjamin en los años treinta. Gretel ?o Felizitas, como solía llamarla? fue para Benjamin una crítica aguda y a la vez comprensiva, con la que podía compartir sus ideas pero también su cotidianidad. Fue ella quien lo ayudó a afianzar su relación con el Instituto de Investigación Social, lo mantuvo en contacto con sus amigos y conocidos de Berlín, e incluso lo apoyó económicamente en los peores tiempos. Con una serie de valiosísimas notas al pie que ayudan a decodificar la red de información y personas cercanas, esta colección ofrece, además de una lectura absolutamente deliciosa, una abundante fuente de información y una clave esencial para comprender a una de las figuras más prominentes de la cultura moderna. 
Nació en Berlín en 1892, en el seno de una próspera familia judía. Estudió filosofía y se licenció en Berna en 1918 con una tesis sobre el concepto de crítica del arte en el Romanticismo alemán. Trabajo singular con el que sin embargo no consiguió integrarse en la institución académica, aunque su nombre se asocia indefectiblemente con la formación temprana de la Escuela de Frankfurt. Influido por la mística judía y el marxismo, dejó una obra polifacética en la que se combina la filosofía, la sociología y la crítica literaria, y cuya influencia ha ido creciendo exponencialmente desde su muerte. Se quitó la vida en Portbou, al creer que las autoridades lo devolverían a los nazis, de los que huía, de una manera o de otra, desde 1933.
			
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