Cartas sobre Cézanne

Cartas sobre Cézanne

Rilke, Rainer Maria

Editorial Paidós Ibérica
Colección Paidós estética, Número 0
Fecha de edición junio 1999

Idioma español

EAN 9788475093581
Libro


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Resumen del libro

En el año 1907 vio Rainer Maria Rilke en el Salon d'Automne de París la exposición conmemorativa de Cézanne, que había fallecido en aix-en-Provence en 1906. Bajo la impresión que le produjo esta exposición, escribió diariamente una serie de cartas a su mujer (desde el seis hasta el veinticuatro de octubre de 1907), de las que se trasluce que el conocimiento del arte del pintor produjo en Rilke una conmoción aún más importante que la suscitada por el encuentro con Rodin. Hasta sus últimos años persistió en reconocer el poeta que la obra de Cézanne había sido su principal modelo.
La publicación de las cartas excede en su significación -pese a las numerosas y asombrosas intuiciones artísticas que contienen- los límites de la historia del arte; intuiciones o perspectivas las de Rilke que hasta tal punto se anticipan al posterior saber acerca del pintor Cézanne, que Katharina Kippernberg llegó a decir que el historiador del arte debería, avergonzado, retirarse de escena. Sin embargo, la enseñanza que el poeta extrae del conocimiento de la obra de Cézanne de ningún modo la erige en dogma artístico. Como señala en este punto H.W. Petzetm autor del Epílogo >

Biografía del autor

(Praga 1875-Valmont, Suiza 1926) Es uno de los principales poetas en lengua alemana de la primera mitad del siglo XX. Sus obras más importantes son Elegías de Duino y Cartas a un joven poeta. Nació en Praga en 1875. Estudió literatura, historia del arte y filosofía en las universidades de Praga, Múnich y Berlín. En 1897, tuvo un apasionado romance con Lou Andreas-Salomé, una antigua conocida de Nietzsche, con quien viajó a Rusia. Tanto por el paisaje como por la gente, en ese viaje se convenció de que Dios estaba presente en todas las cosas. A partir de entonces, fue dejando el lirismo heredado, en parte, de los simbolistas franceses. Entre 1905 y 1906 fue secretario de Rodin, con quien aprendió a contemplar las obras de arte como esculturas y a hacer las poesías tan completas como si fueran esculturas. Vivió en Francia y Alemania hasta que se estableció definitivamente en Suiza. Viajó mucho por Europa y África. En su obra más tardía, la muerte aparece como una transformación de la vida en una realidad interior en la cual la vida y la muerte forman una unidad.





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