Editorial Tusquets
Colección Andanzas, Número 0
Lugar de edición
Barcelona
Fecha de edición junio 1995 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788472238923
184 páginas
Libro
Dimensiones 140 mm x 210 mm
En una hermosa mansión a orillas del Mediterráneo, Cécile, una joven de diecisiete años, y su padre, viudo y cuarentón, pero alegre, frívolo y seductor como nadie, amante de las relaciones amorosas breves y sin consecuencias, viven felices, despreocupados, entregados a la vida fácil y placentera. No necesitan a nadie más, se bastan a si mismos en una ociosa y disipada independencia basada en la complicidad y el respeto mutuo. Un día, la visita de Anne, una mujer inteligente, culta y serena, viene a perturbar aquel delicioso desorden. A la sombra del pinar que rodea la casa y filtra el sol abrasador del verano, un juego cruel se prepara. ¿Cómo alejar la amenaza que se cierne sobre la extraña pero armónica relación de Cécile con su padre? A partir del momento en que Anne, que había sido amiga de su madre, intenta adueñarse de la situación, Cécile librará con ella, con el perverso maquiavelismo de una adolescente, una lucha implacable que, a pesar suyo, erosionará su vida y la conducirá lentamente al encuentro de la tristeza.
Françoise Sagan (Carjarc, 1935-Honfleur, 2004) creció en el seno de una familia acomodada y a los dieciocho años, en 1954, publicó Buenos días, tristeza, novela que cosechó un éxito sin precedentes entre la crítica y el público, y que es un punto de referencia obligado de varias generaciones. Ya en 1958 fue llevada a la gran pantalla por Otto Preminger, con Jean Seberg, David Niven y Deborah Kerr como protagonistas. Sagan, aquel adorable pequeño monstruo , como la llamó François Mauriac, se convertiría muy pronto en todo un mito. Después escribió numerosas obras x{0026} x02014;novelas, piezas de teatro, biografías, memorias y textos variosx{0026} x02014; y llevó una intensa vida bohemia, envuelta en escándalos, que contribuyeron a su leyenda. Pocas novelas como Buenos días, tristeza han tratado mejor los conflictos entre el culto al placer y el remordimiento.
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