Editorial Cátedra
Colección Letras hispánicas, Número 591
Fecha de edición junio 2006 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788437623122
408 páginas
Encuadernación en tapa blanda
Dimensiones 110 mm x 180 mm
Galdós, como creador e innovador que fue, siempre tuvo presente la idea de crear un subgénero híbrido entre novela y teatro, defendiendo hasta última hora los procesos renovadores en la literatura y sus formas.
El experimento no se quedó en tal, y Galdós escribió dramas, catalogados en principio como mixtura de géneros, estrenando obras hasta su muerte en los mejores teatros y protagonizadas por los mejores actores del momento.
A Galdós le entusiasmaba la plataforma teatral, porque era el vehículo portavoz de su pensamiento y tesis, de una forma directa y emocionante.
Galdós sentía especial predilección por crear protagonismo en los personajes femeninos y crearlos para que fueran protagonizados por las mejores actrices de la época.
De sus veintitrés obras estrenadas, al menos en veinte el eje central es asumido por una mujer.
Las tres obras que aquí presentamos están protagonizadas por otros tantos personajes femeninos que representan tres preocupaciones o tres perspectivas distintas del pensamiento galdosiano.
Bárbara encarna la interiorización de un proceso metafísico de liberación en busca de lo inefable; Casandra se mueve por la naturaleza del instinto, por las fuerzas de la tierra; Celia es una bienhechora social, que busca la mejora de los que viven oprimidos.
Benito Pérez Galdós nació en Gran Canaria en 1843. Con veinte años viajó por Europa como corresponsal y a la vuelta tradujo a Dickens a partir de las ediciones francesas. En 1873 empezó a publicar los Episodios Nacionales, obra que le granjeó una inmensa popularidad y que continuaría escribiendo a lo largo de cinco series y a la par que novelas como Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Tristana (1892), Misericordia (1897), El abuelo (1897), Casandra (1905), El caballero encantado (1909; Nocturna, 2024) y La razón de la sinrazón (1915). En 1897 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Colaboró con diversos medios de comunicación y perteneció al Partido Progresista de Sagasta, al Partido Republicano y a la Conjunción Republicano-Socialista (con este último, fue diputado en las Cortes en las legislaturas de 1907 y 1910). En 1912 fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura y un año después se quedó ciego. Murió en Madrid en 1920.
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