Editorial Editorial Renacimiento
Colección Biblioteca Del Exilio. Anejos, Número 47
Lugar de edición
Valencina de la Concepcion
Fecha de edición febrero 2013 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788484727668
140 páginas
Libro
Dimensiones 150 mm x 210 mm
No os extrañe que muchas veces lo que aquí estáis interpretando como ficción se imponga a lo que entendéis por realidad. Hoy habéis jugado a vivir en Sancho, y Sancho, mi buen Sancho, ha terminado viviendo en vosotros. Comencé yo un juego parecido un día de los de mi cautiverio en Orán, y en un momento, cuando vestido por el cansancio me dispuse a sacar la pluma y a levantar el pensamiento a las estrellas, me arrastró su voz hacia los llanos de La Mancha y ya no pude por menos de seguirle sobre el polvo de todos los caminos, del mismo modo que hoy le he seguido hasta aquí, hasta donde vosotros le habéis llamado . Manuel Martínez Azaña (Valencia, 1935-Madrid, 2000), sobrino nieto del presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, conoció ya durante su infancia un primer y breve exilio cuando, a causa de los bombardeos de Valencia, hubo de ser trasladado a Francia en 1937. Allí permaneció hasta 1940, fecha en que su familia regresó a España. A partir de 1958, y mientras ejerce como funcionario del Ayuntamiento de Madrid, comienza a escribir su obra dramática y en 1960 estrena en el Teatro Goya su primera obra, La forja de los sueños, que le acarrea ya problemas con la censura. Manuel Martínez Azaña pasará pronto a formar parte del grupo de los autores del segundo exilio, aquellos que van saliendo de España tanto por la presión del régimen como por el deseo de ejercer libremente su profesión. En 1961 el autor se traslada a Francia, donde, además de ejercer como lector de español, crea en Burdeos, ya en 1962, su propio grupo de teatro, el Théâtre de l?Institut d?Études Ibériques et Ibéro-Américaines de Talence-Bordeaux (TIEIT), con el que representa en diversas ciudades francesas las obras de autores españoles, incluidos aquellos prohibidos por la censura franquista. En 1978 el director y dramaturgo regresó de nuevo a Madrid, donde, además de continuar con su actividad literaria y teatral, reeditó la revista La Pluma, creada por Manuel Azaña, y fundó el partido Ac
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