Autoridad, libertad y maquinaria automática en la primera modernidad

Autoridad, libertad y maquinaria automática en la primera modernidad

Mayr, Otto

Editorial Acantilado
Fecha de edición marzo 2012 · Edición nº 1

Idioma español
Traducción de Pessarrodona Artigas, Marta

EAN 9788415277637
424 páginas
Libro encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 131 mm x 210 mm


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P.V.P.  30,00 €

Sin ejemplares (se puede encargar)

Resumen del libro

Quizá nunca en la historia la sociedad ha quedado tan fascinada con una máquina como cuando, en los inicios de la Europa moderna, el reloj asumió el papel de imagen cultural relevante. Fue usada ampliamente en la literatura, la ciencia y la filosofía cartesiana. Las máquinas y la tecnología ocuparon un lugar de importancia, entre la tecnología práctica y el pensamiento abstracto. En esta obra Otto Mayr, director de un museo especializado en historia de la tecnología, el Deutsches Museum de Múnich, explora las relaciones entre maquinaria, pensamiento tecnológico y cultura. Encuentra un sorprendente tejido de metáforas tecnológicas aplicadas a los sistemas políticos y sienta las bases para una nueva historia intelectual de la tecnología. Otto Mayr (Essen, Alemania, 1930) fue director del Deutsches Museum de Múnich y del departamento de Historia de la Ciencia y la Tecnología en la Smithsonian Institution. Entre sus obras, además del libro que hoy presentamos publicado originalmente en inglés en 1986 , figura también el ensayo Zur Frühgeschichte der technischen Regelungen (1969). Ha sido editor de Philosophers and Machines, The Clockwork Universe (1976) y Yankee Enterprise (1981).
INTRODUCCIÓN
Este libro es un ensayo sobre el carácter de la tecnología. Intenta plantear dos cuestiones:
- La tecnología como una actividad fundamental esta íntimamente relacionada con las restantes actividades humanas y, en consecuencia, es una parte integral e indispensable de la cultura humana y no es, como se dice a menudo, una fuerza extraña, inhumana, desatada sobre la humanidad por algún agente externo.
- La relación interactiva entre la tecnología y el resto de las manifestaciones de la vida y la cultura humanas se puede probar, incluso, en interacciones tan intrincadas y elusivas como las de las ideas políticas, sociales, económicas o religiosas dominantes en una sociedad determinada y en las preferencias y diseños contemporáneos del utillaje técnico
Para demostrar estas dos aseveraciones se adopta la forma del análisis y la solución de un problema histórico especifico. Este problema es significativo e interesante en si mismo, pero principalmente sirve como vehículo para discutir problemas mas amplios, mas generales y mas importantes. El problema específico en si es, de algún modo, complejo, como lo es la estrategia empleada para resolverlo y, así, alcanzar el objetivo más amplio que se perseguía. Parece apropiado, no obstante, perfilar cuidadosamente, en primer lugar, nuestro problema específico y la aproximación que proponemos para darle solución.
Nuestra consideración parte del problema siguiente. Un examen cronológico de mecanismos de retroalimentación en la historia ha mostrado que tales mecanismos se conocían y usaban en la Antigüedad y habían sobrevivido a través de la edad de oro del islam. Es decir, hasta el siglo xiii.1 Los artilugios de retroalimentación, no obstante, no se mencionaron en la Europa de la Edad Media hasta el Barroco. Reaparecieron por vez primera en el sigo xviii en Gran Bretaña, aunque el continente siguió rezagado de forma significativa. A esta observación, curiosa por si misma, se suman los indicios de que la Europa del Renacimiento no era solo inocentemente ignorante del principio de retroalimentación, sino que lo había descartado deliberadamente. La Neumática (escrita probablemente alrededor del ano 60 antes de Cristo) de Herón de Alejandría se imprimió por vez primera, en traducción latina, en 1575. El libro se recibió con ilusión, como cabe suponer tanto por la frecuencia de las subsiguientes ediciones y traducciones en lenguas europeas como por su conspicuo impacto sobre la tecnología europea. Gran parte de su contenido y arreglos a base de sifón, varios autómatas, turbinas, termoscopios, bombas de vacío y se inscribieron casi al instante dentro de la teoría y la practica contemporáneas. No obstante, no consta que nadie copiara los diversos mecanismos de retroalimentación que forman una parte substancial del compendio de Heron.2
Todo lo cual nos plantea una doble pregunta: .por que se ignoraron y rechazaron los mecanismos de retroalimentación en la Europa continental hasta bien entrado el siglo xviii? .Y por que, al mismo tiempo, se cultivaron y apreciaron en Gran Bretaña?
¿Cuál de las dos preguntas tiene mayor peso? Para empezar, me concentre en la segunda. Había advertido que, en la Gran Bretaña del siglo xviii, el principio del circuito de retroalimentación se había usado no solo en la tecnología practica, sino también en argumentaciones abstractas, notablemente en la teoría económica de Adam Smith. Al asumir que no era una coincidencia, intente establecer una conexión. Intente demostrar que el uso del concepto en la argumentación abstracta se había inspirado en la tecnología práctica.3 Pero esta tentativa fracaso. En definitiva, me convencí de que la conexión no era directa, sino que cada fenómeno independientemente era el resultado de alguna causa anterior desconocida. Esto me sugirió observar con mayor atencion la primera pregunta: ¿por qué se rechazo la retroalimentación en el continente?
No era posible responder a esta pregunta únicamente en términos de desarrollos en la tecnología práctica. Admitamos que la Revolución Industrial en Inglaterra había estimulado la innovación y recompensado a los inventores en una proporción más alta que la del continente hasta entonces. Admitamos, incluso, que el continente hasta el momento sentía poca necesidad práctica de mecanismos de retroalimentación. Apenas se tenia una necesidad mas practica, no obstante, de los innumerables relojes y automatismos complejos, que se habían producido durante siglos, así como de los inventos a menudo caprichosos y aparentemente poco factibles que llenaban la literatura técnica continental de la época. Tal vez la respuesta debía buscarse a otro nivel. En apariencia, determinados tipos de inventos mecánicos eran inmensamente populares en el continente europeo, mientras que otros, como los artilugios de retroalimentación, no lo eran. ¿Qué marcaba la diferencia?
El carácter externo de diversas maquinas puede darnos una pista. La intención de un mecanismo de retroalimentación es mantener el equilibrio. Su funcionamiento es sutil y poco dramático: cuando funciona correctamente, parece no hacer nada. Su mecanismo no es demasiado impresionante y, en general, solo es parte de una maquina mas grande.
La primitiva tecnología europea era de naturaleza completamente distinta. Sus estructuras tendían a ser monumentales. Sus excepcionales inventos eran maquinas que empleaban grandes fuerzas y movían ruedas de viento y agua, fuelles, grúas y montacargas, "Stangenkunste", barcos de vela de tres mástiles, cañones militares y órganos eclesiásticos. Tales maquinas, a pesar de estar amoldadas a las necesidades practicas de la época, exhibían una predilección por la acción dramática, un deleite en el manejo de la potencia mecánica pura, un orgullo en la maestría recientemente adquirida sobre la naturaleza.
Si tales eran las maquinas características de la época, entonces podemos comprender por que se ignoraban los artilugios de retroalimentación. Cuando alguna tecnología no consigue encontrar aplicaciones practicas ni estimular la imaginación popular, ¿qué puede rescatarse de ella? Todo parece sugerir que la primitiva indiferencia europea hacia la retroalimentación se explica mejor en términos de la actitud conjunta de una sociedad hacia la tecnología, una actitud que era, a su vez, una expresión de la perspectiva general, de los valores y de las maneras de pensar de la gente.
Nuestra tarea, por tanto, consistirá en reconstruir un caso de interacción entre la tecnología práctica de la sociedad y su cultura intelectual y espiritual. Específicamente, deberemos descubrir: ¿cuáles eran exactamente los valores y estructuras mentales que afectaban a esta interacción y se veían afectados por ella? ¿Cuáles eran los procesos y canales a través de los que tuvo lugar la interacción? ¿Cómo puede un proceso histórico como esta interacción, que llevan a cabo sus agentes en gran parte sin un conocimiento consciente y por tanto sin comentario, documentarse y reducirse a pruebas objetivas?
Una clave de este problema se puede encontrar en el espectacular florecimiento de una tecnología que no solo se promovía y se apoyaba en un entusiasmo sin precedentes a todos los niveles de la sociedad, sino que también tenia una justificación bastante exigua en términos de utilidad practica: tenemos que observar atentamente aquella sorprendente producción de relojes y automatismos de la Europa de finales del medioevo y del Renacimiento. Para tener una idea de los valores, aspiraciones y estructuras mentales de la época y ver como encontraron expresión en la tecnología, no bastara analizar los mecanismos de los relojes, apreciar su perfección mecánica y artística, o comprender las inauditas cantidades de ellos que se realizaron. También debemos considerar hasta que punto aquellos relojes y automatismos influyeron en la vida cotidiana en general. Para ello, precisaremos comentarios y declaraciones contemporáneas sobre los relojes, en especial el testimonio que no es meramente descriptivo sino que, implícita o explícitamente, expresa una valoración.
Este estudio seguirá las siguientes líneas: en la primera parte, explorara actitudes hacia la tecnología, analizando un gran número de referencias metafóricas sobre relojes y automatismos en la literatura en el primer modernismo europeo. Esto ofrecerá una evidencia empírica de las diferencias en actitudes y valores entre el continente europeo y Gran Bretaña que nos permitirá explicar mejor la distinta acogida al principio de retroalimentación. Se advierten dos desarrollos divergentes. Un compromiso creciente con el valor de la autoridad en el continente y, en Inglaterra, con su antítesis, la libertad. El símbolo mas depurado de la autoridad, naturalmente, fue el reloj.
En la segunda parte investigaremos, basándonos en el mismo método, las principales metáforas del liberalismo, las nociones de equilibrio y contrapeso, y su papel en la literatura europea. De acuerdo con el auge del liberalismo en la practica política, la metáfora del .contrapeso. alcanzó un grado de prominencia en la literatura inglesa a la que nunca se acercaron las literaturas del continente. La simple metáfora gradualmente evolucionada hacia un concepto abstracto y conocida bajo nombres tales como compensación, autorregulación o equilibrio dinámico y, finalmente dentro del esquema de acción que subyace a los diversos mecanismos básicos del liberalismo, las del .equilibrio de poderes. del gobierno constitucional y de la ley de .la oferta y la demanda. del mercado libre. Este esquema, no obstante, no es más que el principio de la retroalimentación.
Finalmente, después de este resumen introductorio de los temas y planteamientos del libro, es necesario recordar algo. En un primer nivel, el libro trata de la historia intelectual de los relojes y del control de retroalimentación, y de las relaciones entre el reloj mecánico y la concepción autoritaria del orden y del control de retroalimentación y de un concepto liberal del orden. También se consideran las inquietantes similitudes, diferencias e interacciones de estas dos relaciones. Pero, en un nivel superior, tales discusiones son solo instrumentos para otra finalidad: sirven para demostrar, mediante ejemplos y evidencias tangibles, que la tecnología es tanto una causa como una consecuencia de los valores y las normas de la sociedad en la que se desarrolla. La tecnología es tanto una fuerza como un producto social.




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