Editorial Alianza
Colección Biblioteca de autor, Número 0
Lugar de edición
Madrid
Fecha de edición junio 2018 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788491811886
208 páginas
Libro
Dimensiones 120 mm x 180 mm
El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles (guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares) a lo largo del agitado siglo XIX.
El 7 de julio de 1822, fecha del levantamiento de los generales Riego y Ballesteros, quedó como fecha conmemorativa de un triunfo constitucional y popular que no sería tan duradero como pensaron los milicianos nacionales y los oradores de clubs y sociedades que celebraron su victoria sobre la conspiración urdida desde el propio Palacio.
Episodio de fuerte intervención ciudadana localizado totalmente en Madrid, reúne las condiciones idóneas para que Pérez Galdós dibujara en él una estampa histórica llena de interés y vida que se entrevera con la peripecia novelesca que protagoniza en esta Segunda serie Salvador Monsalud.
Benito Pérez Galdós nació en Gran Canaria en 1843. Con veinte años viajó por Europa como corresponsal y a la vuelta tradujo a Dickens a partir de las ediciones francesas. En 1873 empezó a publicar los Episodios Nacionales, obra que le granjeó una inmensa popularidad y que continuaría escribiendo a lo largo de cinco series y a la par que novelas como Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Tristana (1892), Misericordia (1897), El abuelo (1897), Casandra (1905), El caballero encantado (1909; Nocturna, 2024) y La razón de la sinrazón (1915). En 1897 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española. Colaboró con diversos medios de comunicación y perteneció al Partido Progresista de Sagasta, al Partido Republicano y a la Conjunción Republicano-Socialista (con este último, fue diputado en las Cortes en las legislaturas de 1907 y 1910). En 1912 fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura y un año después se quedó ciego. Murió en Madrid en 1920.
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