Retrato de un ojo

Resumen del libro

Retrato de un ojo reúne las tres primeras novelas de Kathy Acker, que la dieron a conocer entre su público y originaron su leyenda. La irreverente vida de la Tarántula Negra contada por la Tarántula Negra , Soñé que era una ninfomaníaca y La vida adulta de Toulouse Lautrec conforman esta trilogía nunca antes traducida. La escritura tentacular de Acker es un torbellino de imaginación delirante y auto porno-ficción desatada, una polifonía de personalidad múltiple que a la vez es un retrato vandálico de nuestra sociedad de la muerte . Acker habla el lenguaje del cuerpo, la memoria, el antiautoritarismo, la desintegración, la transformación, la locura y el deseo, asomándose a los abismos de la degradación y el masoquismo para resurgir siempre con una carcajada. Relatos oníricos y perturbadores que se recombinan con revisiones de la novela policiaca y el best-seller, con las vidas apócrifas de anarquistas, terroristas e inadaptados, con violencia sexual y subversión de género, en un pulso narrativo que difumina las barreras entre realidad y ficción. Un desafío punk y parricida contra las convenciones establecidas, la obra de Kathy Acker se resiste a toda domesticación, y hoy empieza a ser revalorizada como una de las autoras más virtuosas, indomables y combativas de la narrativa noerteamericana.

Biografía del autor

Kathy Acker nació en 1948 en Nueva York. Fue, entre otras cosas, novelista, ensayista, dramaturga y directora de cine. A los veinte años rompió con su familia y empezó a trabajar como stripper, al tiempo que escribía y se relacionaba con la escena literaria underground de la ciudad. Su obra, personalísima y transgresora, sintetiza influencias tan dispares como el nouveau roman, el feminismo, la filosofía, el misticismo o la pornografía. Saltó a la fama con Aborto en la escuela (1984), novela que causó sensación y fue prohibida en varios países. Entre sus obras más destacadas, además de Grandes esperanzas (1982), se encuentran Don Quijote (1986) y El imperio de los sinsentidos (1988). En 1996 le diagnosticaron un cáncer de mama. El trauma provocado por la cirugía que se le practicó la llevó a abandonar la medicina tradicional. Murió en un centro de medicina alternativa de Tijuana, México, en 1997.