Poesía

Poesía

Garcilaso de la Vega

Editorial Cátedra
Lugar de edición Madrid, España
Fecha de edición julio 2020 · Edición nº 1

Idioma español

EAN 9788437641546
432 páginas
Libro encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 105 mm x 180 mm


valoración
(0 comentarios)



P.V.P.  12,95 €

Disponibilidad inmediata (en stock)

Resumen del libro

La preocupación de Garcilaso por elevar el castellano a categoría de lengua artística en igualdad de condiciones con respecto al italiano y su inequívoca ambición de modernidad a través de la construcción de un yo lírico son motivos suficientes para sustentar la afirmación de que con Garcilaso se inaugura la poesía castellana moderna.

Biografía del autor

Nació en Toledo entre 1494 y 1503, posiblemente en 1498. Fue el tercer hijo de Garcilaso de la Vega (fallecido el 8 de septiembre de 1512, tres días después de otorgar codicilo), señor de Arcos y comendador mayor de León en la Orden de Santiago, y de Sancha de Guzmán, señora de Batres y de Cuerva. Sus abuelos paternos fueron Pedro Suárez de Figueroa, hijo de Gómez I Suárez de Figueroa y Elvira Lasso de Mendoza, hermana del primer Marqués de Santillana, y Blanca de Sotomayor (hija de Fernando de Sotomayor y Mencía Vázquez de Goes, a través de quien hereda el señorío de Arcos). Su madre, Sancha de Guzmán, fue hija de Pedro de Guzmán, señor de Batres (hijo del cronista Fernán Pérez de Guzmán) y de María de Rivera. Quedó huérfano de padre y se educó esmeradamente en la Corte, donde conoció en 1519 a su gran amigo, el caballero Juan Boscán. Seguramente a este debió el toledano su gran aprecio por la lírica del valenciano Ausiàs March, que dejó alguna huella en su obra.<br>Garcilaso entró a servir en 1520 al rey Carlos I de España en calidad de contino real. Aprendió griego, latín, italiano, francés, música y esgrima. Formaba parte del séquito del II duque de Alba cuando Carlos I desembarcó en Santander en 1522. Al año siguiente fue objeto nuevamente del favor real al ser designado miembro de la orden de Santiago y gentilhombre de la Casa de Borgoña, organización al servicio de la corona que, junto a la Casa de Castilla, agrupaba a quienes trabajaban más cerca del monarca. No olvidó Garcilaso potenciar sus relaciones con la Casa de Alba y en 1523 participó, junto a Fernando Álvarez de Toledo, el futuro Gran Duque de Alba, en la campaña de Fuenterrabía. Este fue el origen de una amistad que se vio probada más adelante con la intervención de Fernando a favor de Garcilaso ante el propio emperador en varias ocasiones.<br>En los años siguientes, Garcilaso luchó en la Guerra de las Comunidades de Castilla y fue herido en la acción de Olías del Rey; también participó en el cerco a su ciudad natal (1522). A finales de ese mismo año se embarcó, en compañía de Juan Boscán y Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga, futuro virrey de Nápoles, en una expedición de socorro que quiso (y no pudo) evitar la caída de Rodas en poder de los turcos; de nuevo resultó herido, esta vez de gravedad.<br>De vuelta a España fue armado caballero de la Orden de Santiago en noviembre de 1523, en la iglesia de San Agustín de Pamplona, y en 1524 se enfrentó a los franceses en el cerco de Fuenterrabía. A su retorno a Toledo, contrajo matrimonio en 1525 con Elena de Zúñiga, dama de doña Leonor, hermana de Carlos I; por ello Garcilaso entró a formar parte del séquito de ésta. También tuvo un hijo antes de su matrimonio con una dama comunera toledana, Guiomar Carrillo, que reconoció de forma póstuma, Lorenzo Suárez de Figueroa, nacido hacia 1521. Por entonces empezó a escribir sus primeros poemas según la estética de la lírica cancioneril, que pronto desecharía; además, ejerció un tiempo como regidor de su ciudad natal. El punto de inflexión en su lírica obedece a un día de 1526 en Granada, en los jardines del Generalife y cerca del palacio del emperador.<br>En ese mismo año de 1526, con motivo de las bodas de Carlos I con Isabel de Portugal, acompaña a la Corte en un viaje por varias ciudades españolas y se enamora platónicamente de una dama portuguesa de la reina, Isabel Freyre, que canta bajo el anagrama de Elisa en sus versos, que a ella son debidos. Dicha dama es también destinataria de los versos de su amigo, el poeta y diplomático portugués Francisco Sa de Miranda bajo el nombre de Celia. Una teoría de la garcilasista María del Carmen Vaquero apunta, sin embargo, a que esta Elisa habría podido ser en realidad la segunda mujer de su hermano Pedro Laso, la hermosísima Beatriz de Sá, de sangre real guanche, celebrada por numerosos poetas portugueses. En 1528 dicta su testamento en Barcelona, donde reconoce la paternidad de su hijo ilegítimo y asigna una pequeña suma de dinero para su educación; poco después da una colección de sus obras a Boscán para que la revise, y seguidamente parte hacia Roma, en 1529. Asiste a la investidura como emperador de Carlos V, llevada a cabo en Bolonia en 1530, batiéndose con valentía en la campaña y toma de Florencia contra los franceses (1530). Después se le encarga una breve embajada en Francia. Pero como hizo de testigo en la boda de un sobrino suyo (1531) que era hijo de su hermano el comunero Pedro Lasso, el emperador se disgustó por la participación de Garcilaso en la ceremonia y mandó detenerlo. Se le apresó en Tolosa y se acordó confinarlo en una isla del Danubio cerca de Ratisbona, descrita por el poeta en su Canción III. La intervención de Fernando Álvarez de Toledo en favor de Garcilaso resultó crucial: aprovechando que en ese año los turcos empezaban a amenazar Viena, hizo ver al Emperador que se necesitaba a Garcilaso, de forma que fue movilizado en ayuda del Duque de Alba. El poeta abandonó, pues, en 1532 el Danubio, donde ya prácticamente era huésped del conde György Cseszneky de Milvány, castellano de Gyor, y se establece en Nápoles.<br>Se integró muy pronto en la vida intelectual de la ciudad, que entonces giraba en torno a la Academia Pontaniana, y trabó amistad con poetas como Bernardo Tasso o Luigi Tansillo, así como con teóricos de la literatura como Antonio Sebastiani Minturno y, en especial, Mario Galeota, poeta enamorado de una hostil napolitana, Violante Sanseverino, la flor de Gnido , para quien escribe las liras de su quinta canción; también encuentra allí al escritor erasmista Juan de Valdés, quien parece aludir a él junto a otros caballeros en un pasaje de los últimos de su Diálogo de la lengua. En 1533 visita Barcelona y entrega a Juan Boscán una carta A la muy manífica señora doña Jerónima Palova de Almogávar que aparecerá, en 1534 y en calidad de prólogo, en su traducción española de El Cortesano de Baldassare Castiglione. Garcilaso de la Vega participó, en 1535, en la campaña africana de Carlos V y, singularmente, en Túnez, en el asedio de La Goleta; de nuevo cayó gravemente herido. Las innovaciones poéticas de Garcilaso y Boscán fueron imitadas en la Corte, y partidarios de los antiguos metros castellanos como Cristóbal de Castillejo, aunque también con el mismo espíritu del Renacimiento, se quejaban respetuosamente de las novedades.<br>Estalló la tercera guerra de Francisco I de Francia contra Carlos V y la expedición contra Francia de 1536 a través de Provenza fue la última experiencia militar de Garcilaso. El poeta fue nombrado maestre de campo de un tercio de infantería y, en efecto, falleció en octubre de 1536 tras el temerario asalto a una fortaleza en Le Muy, cerca de Fréjus, en la que fue el primer hombre en subir la escala. Trasladado herido a Niza, murió en esta ciudad a los pocos días (13 ó 14 de octubre), asistido por su amigo Francisco de Borja, Duque de Gandía y más tarde canonizado por la Iglesia Católica. Al enterarse, el emperador mandó pasar a cuchillo a los franceses que resistieron en esa fortaleza.<br>






Pasajes Libros SL ha recibido de la Comunidad de Madrid la ayuda destinada a prestar apoyo económico a las pequeñas y medianas empresas madrileñas afectadas por el COVID-19

Para mejorar la navegación y los servicios que prestamos utilizamos cookies propias y de terceros. Entendemos que si continúa navegando acepta su uso.
Infórmese aquí  aceptar cookies.