Editorial Pepitas de Calabaza
	
					
					
						Colección NoFicción, Número 0
					
					
					   Lugar de edición
					
					Logroño, España
					
					
                    
					
					
					
						Fecha de edición  septiembre 2020  · Edición nº 1
					
					
					
						
						
							
						Idioma español
							
							
							
						
						
						
						
						
						
						
						
						
					
			    	EAN 9788417386450
					
						
						196 páginas
					
					
					
						
					
						Libro
						
							encuadernado en tapa blanda con solapas
						
						
						
						
					
					
					
						
					
					
					
								
					
						Dimensiones 145 mm x 210 mm
					
					
						
Ni Fuh ni Fah es el penúltimo libro que Julio Camba publicó en vida y una de sus obras más desconocidas.
En sus páginas, el gran maestro del artículo nos regala divertidísimas anécdotas de su deambular por tierras extranjeras, fruto de esa manía suya de observar el ancho mundo, trufadas con lúcidas reflexiones que dejarían sin habla al más elocuente de los filósofos y que constituyen la prueba fehaciente de lo que él mismo solía predicar: Los hombres no son ni buenos ni malos: son absurdos .
Esta obra, que nunca se ha reeditado desde que se publicara por vez primera en 1957, nos muestra a un periodista maduro, preciso y asombroso, un prodigio de serenidad y buen humor, de escepticismo y alegría de vivir, y supone todo un descubrimiento para los amantes de la prosa del gallego, además de una maravillosa y sólida puerta de entrada a la obra de quien fuera, en palabras de Ortega y Gasset: el logos, la más pura y elegante inteligencia de España .
Julio Camba (Vilanova de Arousa, 1884-Madrid, 1962), es sin discusión uno de los cronistas más populares que ha habido en nuestro país, exponente de un estilo conciso cargado de agudas e irónicas observaciones. Tras unos inicios periodísticos en diversas publicaciones ácratas como El Rebelde, de la que fue su fundador y director, su paso en 1907 por el diario republicano España Nueva, encargado de efectuar la crónica parlamentaria, y su ingreso a continuación en El Mundo al frente de la sección Palabras de un mundano y después como corresponsal en París, lo catapultarían a la fama y le abrirían las puertas de las principales cabeceras de la época, colaborando en ABC y El Sol. De sus estancias en el extranjero surgirían algunos de sus más afamados libros, como La rana viajera (1920) o La ciudad automática (1932). Premio Mariano de Cavia en 1951, Camba publicó también otros volúmenes al margen de su actividad periodística: La casa de Lúculo (1929) y Haciendo de República (1934).
			
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