Editorial Paidós Ibérica
Colección Surcos, Número 0
Fecha de edición noviembre 2005
Idioma español
EAN 9788449318030
382 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Sin duda uno de los autores trascendentales para poder llegar a entender la filosofía contemporánea, Gilles Deleuze (1925) es, además, autor de libros como Foucault, El Anti-Edipo (con Félix Guattari), El pliegue y los dos volúmenes de sus estudios sobre cine, La imagen-movimiento y La imagen-tiempo, todos ellos también publicados por Paidós.
A través de treinta y cuatro series de paradojas articuladas en compleja trabazón, este libro, uno de los más importantes de su autor, se nos presenta como una especie de novela lógica y psicoanalítica en la que se intenta una constitución paradójica de una teoría del sentido, un pensar el sentido que no sería otra cosa que pensar el acontecimiento: ese morir que pasa y se hace muerte, esa muerte que hace presente el problema eterno del morir.
Podría decirse, entonces, que Deleuze no nos propone sino un ejercicio, un uso posible de eso que llamamos pensar: un juego, si se quiere. Pero un juego que nos habla de eso que nos pone en juego, de cómo nos jugamos eso que somos a través de lo que las cosas son. Un discurso filosófico, en fin, con tal poder figurativo que sus páginas acaban albergando climas, músicas, paisajes, cuentos e historias capaces no sólo de interesar a los especialistas sino incluso de fascinar a cualquier tipo de lector.
Gilles Deleuze nació en París en 1925. Fue profesor de Filosofía en la Sorbonne y es autor de varios libros, entre ellos, Nietzsche y la filosofía, La filosofía crítica de Kant, Proust y los signos, Spinoza: filosofía práctica, La lógica del sentido, La imagen-tiempo y, en colaboración con Félix Guattari, El anti-Edipo, obra que le dio a conocer mundialmente y le convirtió en uno de los filósofos más polémicos de la década de 1960. <br> Deleuze es una figura clave de la filosofía posestructuralista francesa. Considerado empirista y vitalista, su obra, que se basa en conceptos como la multiplicidad, el constructivismo, la diferencia y el deseo, se aleja sustancialmente de las principales tradiciones del pensamiento continental del siglo xx y le sitúan como una figura influyente en las consideraciones actuales sobre la sociedad, la creatividad y la subjetividad. <br> Deleuze escribió sobre Spinoza, Nietzsche, Kant, Leibniz entre otros, entre los que también contaban autores y obras literarias, el cine y el arte. Deleuze afirmaba que no escribía sobre arte, literatura o cine, sino que emprendía encuentros filosóficos que le llevaban a nuevos conceptos. Como constructivista, era categórico al afirmar que los filósofos son creadores y que cada lectura de la filosofía, o cada encuentro filosófico, debería inspirar nuevos conceptos.
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