Editorial Tecnos
Colección Los esenciales de la filosofía, Número 0
Lugar de edición
Madrid, España
Fecha de edición enero 2014 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9788430959235
120 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
Dimensiones 120 mm x 210 mm
Burlarse de la filosofía es la verdad del filosofar : que un matemático superdotado cifre así la clave metodológica de su pensamiento, mueve a estupor. A sus contemporáneos del siglo XVII como a nosotros. Que un cristiano estrictísimo designe los milagros como lugar de perdición ( los milagros no sirven para convertir, sino para condenar ) y sentencie como sacrílegas las argumentaciones racionales de la existencia divina ( es por carecer de pruebas, por lo que la religión de los cristianos no carece de sentido ), tiene todas las resonancias de la herejía. Eso es Blaise Pascal: la tragedia de un pensar tan en lo extremo que hace tierra quemada del suelo mismo en el cual opera: el del geómetra prodigioso, el del hombre al cual la pureza de su fe condena aniquilarse. Cabe todo en una fórmula insostenible. Y acerada. No hay nada tan conforme a la razón como la descalificación de la razón .
La máquina de buscar a Dios , que Pascal dice tratar de construir a la manera del autómata aritmético por él artesanado, se cierra en el rompecabezas de un imposible, a cuyas ruinas llamamos Pensamientos. Y en uno de los más intensos callejones sin salida de este pensar sin sentido que es el de la edad moderna.
Blaise Pascal (1623-1662) fue un matemático, filósofo y teólogo francés. Nació en Clermont y murió en París a la edad de treinta y nueve años. Como su padre asumió personalmente su educación, lejos de las aulas del colegio y de la universidad, lo acompañaba frecuentemente a encuentros de la Academia de Marin Mersenne, donde distintos científicos discutían sobre todo tipo de cuestiones. Así, a los dieciséis años realizó su primera exposición, y demostró varios teoremas y la famosa propiedad del hexágono místico inscrito dentro de una cónica. En la figura de Blaise Pascal convergen el científico, el filósofo, el místico y el polemista. Se podría decir de él que tenía una mentalidad interdisciplinar, puesto que no solo fue habilidoso en distintas áreas del saber, sino que, además, buscó paralelismos y simetrías entre las distintas ciencias. Sus obras principales son Lettres provinciales (1657) y Pensées (1670). Esta última fue publicada póstumamente y es una de las obras más trascendentales en la filosofía moderna; se centra en explorar la condición humana y la relación del hombre con Dios. Su trabajo crítico sirvió de influencia a otros grandes filósofos como Kierkegaard y Nietzsche.
|