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						Colección Occursus, Número 0
					
					
					   Lugar de edición
					
					Buenos Aires, Argentina
					
					
                    
					
					
					
						Fecha de edición  agosto 2023  · Edición nº 01
					
					
					
						
						
							
						Idioma español
							
							
							
						
						
						
						
						
						
						
						
						
					
			    	EAN 9789873831782
					
						
						256 páginas
					
					
					
						
					
						Libro
						
							encuadernado en tapa blanda
						
						
						
						
					
					
					
						
					
					
					
								
					
						Dimensiones 220 mm x 150 mm
					
					
						
Un poeta loco siente que la electricidad choca su cuerpo, un negro siente una rodilla en su cuello, una niña tose ahogada sobre unas paredes llenas de plomo, siente que sus pulmones se cierran, unxs migrantes sienten que el océano también se cierra y se ahogan, un bosque siente el humo de su incendio, un suelo tapado de residuos se ahoga. Los síntomas se multiplican, las evidencias se amontonan: un planeta entero apenas logra jadear su respiración.
No es que los poderes adultos miren para otro lado. Al revés, miran de frente el centro de la escena donde teatralizan la catástrofe y la planificación, montan el espectáculo del retorno al orden y al equilibrio, a las fronteras y a la normalidad, la representación de una salud farmacéutica y una vida por fin anestesiada. Y vuelven a actuar infinitamente los mitos griegos de una infancia siempre negada.
Hacía falta una dramaturga miope como Camille Louis para notar, sobre el telón de fondo raído y borroso, las vidas de esxs niñxs ahí que parecían parte del decorado. Y para contarlas de un modo estrábico, entre la literatura y el ensayo filosófico, para escapar de la narrativa adulta de la tragedia y la salvación. La vida de Anna, que habita con otrxs los intersticios de su internación. La de Ashkan, el niño afgano que se arma un país de destino mientras viaja sin destino. La de Julia, que guía a su familia ambulante para sortear la obligación de establecer residencia fija. No son víctimas ni héroes. Conspiran porque habitan a contrapelo la contaminación, el encierro y los deshechos, porque callan ante los médicos y fabulan con sus compañerxs, porque se arman una vida en singular atravesando las casillas, las identidades y las fronteras, con otrxs humanxs cualesquiera, con plantas o bichos, con rocas y cenizas. Conspiran porque perforan la asfixia de la dramaturgia adulta. Conspiran porque inspiran y respiran juntxs en otros mundos posibles.
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