Editorial Gadir
Lugar de edición
Madrid, España
Fecha de edición abril 2011
Idioma español
EAN 9788496974791
Libro
El texto que contiene este volumen forma parte de la obra de Stendhal Roma, Nápoles y Florencia, publicada originalmente en 1817, y nos muestra en pocas páginas al Stendhal viajero: su filosofía del viaje inteligente, observadora, sensible, apasionada, destilada en el célebre episodio que él experimenta al salir de la iglesia de Santa Croce de Florencia: "...Había alcanzado ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes inspiradas por las bellas artes y los sentimientos apasionados... la vida se había agotado en mí y caminaba temeroso de caerme". El conocido síndrome de Stendhal, expresión que acuñó la psiquiatra florentina Graziella Margherini, documentado como algo vivido por numerosos visitantes en Florencia, es una noción que trasciende a esa ciudad y concierne a todo viajero sensible.Stendhal, que vivió en Italia durante siete años, nos muestra aquí su forma de ver ese país que tanto amó. Quizás convenga leer este Síndrome del viajero ante todo como un reconocimiento al Stendhal viajero, que nos enseña una forma de viajar, su particular forma de ver, su mirada siempre inteligente e intensa, su concepción del viaje como observación, diversión, alimento para el alma, como aventura interior, como fuente de pasiones que lo son por la vida. El volumen contiene fotografías de obras de algunos de los artistas más queridos por el autor.
Stendhal, seudónimo de Henri Beyle (Grenoble, 1783-París, 1842) es uno de los grandes escritores franceses del XIX, autor de dos novelas fundamentales (sus lectores se dividen entre los que prefieren Rojo y negro y los que prefieren La cartuja de Parma). Biógrafo de emperadores (Napoleón) y de músicos (Haydn, Rossini), fue un enamorado de Italia (escribió sobre Roma, Nápoles y Florencia) y se reveló póstumamente como un maestro de los géneros del yo (su Diario, Recuerdos de egotismo, Vida de Henry Brulard). Fue un agudo analista de la psicología de sus personajes y, partiendo de sus diversas experiencias sentimentales, escribió un delicioso ensayo, Del amor. Vaticinó que su fama comenzaría hacia 1880.
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