Editorial Cactus
Lugar de edición
Buenos Aires, Argentina
Fecha de edición enero 2015 · Edición nº 1
Idioma español
EAN 9789872922498
414 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
El poder recopila la segunda parte del curso sobre Foucault que dictó Gilles Deleuze en la Universidad de Vincennes. El curso había comenzado a fines de 1985 a partir del eje del saber. En esta segunda parte, de principios de 1986, se aborda lo que Deleuze considera el segundo gran eje del pensamiento de Foucault: el poder.
Para Deleuze el pensamiento nunca es un sistema, implícito o explícito, sino un recorrido vital y práctico, plagado de permanencias, de choques, desvíos, encerronas, saltos bruscos y abandonos, que no son objeto para una reconstrucción, sino exigencia para un nuevo pensamiento. Por eso, comentario y creación son indisolubles
Gilles Deleuze nació en París en 1925. Fue profesor de Filosofía en la Sorbonne y es autor de varios libros, entre ellos, Nietzsche y la filosofía, La filosofía crítica de Kant, Proust y los signos, Spinoza: filosofía práctica, La lógica del sentido, La imagen-tiempo y, en colaboración con Félix Guattari, El anti-Edipo, obra que le dio a conocer mundialmente y le convirtió en uno de los filósofos más polémicos de la década de 1960. <br> Deleuze es una figura clave de la filosofía posestructuralista francesa. Considerado empirista y vitalista, su obra, que se basa en conceptos como la multiplicidad, el constructivismo, la diferencia y el deseo, se aleja sustancialmente de las principales tradiciones del pensamiento continental del siglo xx y le sitúan como una figura influyente en las consideraciones actuales sobre la sociedad, la creatividad y la subjetividad. <br> Deleuze escribió sobre Spinoza, Nietzsche, Kant, Leibniz entre otros, entre los que también contaban autores y obras literarias, el cine y el arte. Deleuze afirmaba que no escribía sobre arte, literatura o cine, sino que emprendía encuentros filosóficos que le llevaban a nuevos conceptos. Como constructivista, era categórico al afirmar que los filósofos son creadores y que cada lectura de la filosofía, o cada encuentro filosófico, debería inspirar nuevos conceptos.
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