Quevedo Villegas, Francisco de
Editorial Reino de Cordelia
Colección Literatura Reino de Cordelia
Lugar de edición
Madrid, España
Fecha de edición junio 2019 · Edición nº 1
Idioma español
Ilustrador Urrabieta Vierge, Daniel
EAN 9788416968770
352 páginas
Libro
encuadernado en tapa dura con sobrecubierta
Dimensiones 170 mm x 220 mm
Aunque nació en Madrid, Daniel Urrabieta Vierge pasó en París la mayor parte de su vida, donde se convirtió en uno de los más famosos ilustradores de Europa.
Amigo y colaborador habitual, entre otros, de Victor Hugo, alrededor de 1880 emprendió su gran ambición de dibujar El Buscón de Quevedo, tarea que interrumpió en 1881 por un ataque de hemiplejia que le dejó sin habla y paralizó la parte derecha de su cuerpo.
Poco a poco aprendió a dibujar con la zurda, con la que concluyó los 120 dibujos que completan esta obra, que sería publicada en Londres en 1892.
Esta edición ofrece íntegra la versión completa, tal y como la concibió Urrabieta Vierge.
Arturo Echavarren, filólogo experto en literatura del Siglo de Oro, ha vertido al español actual el opaco y conceptista texto de Quevedo, para que resulte tan claro y luminoso como las imágenes que lo ilustran.
Francisco de Quevedo (Madrid, 1580 - Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 1645) fue noble, político y uno de los escritores más importantes del Barroco español. Estudió Teología en la Universidadde Valladolid, donde adquirió gran valor como poeta y por sus escritos contra su coetáneo Luis de Góngora. Cultivó todos los géneros literarios y perteneció a la corriente conceptista (contra el culteranismo gongorino), pero sobre todo destacó por una gran maestría en el dominio desafiante del lenguaje. Sus escritos son críticos y morales, concebidos a partir de un prisma diferente. Sus obras más destacadas son Historia de la vida del Buscón (1603), Los Sueños (1605-1622), Política de Dios, gobierno de Cristo, tiranía de Satanás (1626), La cuna y la sepultura (1635) y Marco Bruto (1646), entre otras. Son numerosos los sonetos, letrillas y romances divulgados por los juglares, recogidos póstumamente.
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