Editorial DEBOLSILLO
Fecha de edición junio 2008
Idioma español
EAN 9788483467084
248 páginas
Libro
encuadernado en tapa blanda
x{0026}lt;p x{0026}lt;B Una cuidada selección de escritos, prodigios de humor y lucidez de un maestro indiscutible de la palabra.x{0026}lt;/B x{0026}lt;/P x{0026}lt;P Jules Renard comenzó a escribir su x{0026}lt;I Diariox{0026}lt;/I con apenas veinte años. Una obra personal que lo acompañó a lo largo de su vida y lo consagró póstumamente como uno de los autores más sobresalientes del siglo XX. Su enorme influencia entre una pléyade de escritores de varias generaciones se debe a la radical modernidad de su x{0026}lt;I Diariox{0026}lt;/I , escrito de un moralista que, sin perdonar las vivisecciones de la sociedad literaria, política y cultural de su tiempo, concentró lo mejor de su talento en el análisis penetrante y despiadado de su propio carácter, sus méritos y debilidades, sus ambiciones y contradicciones. Jules Renard se propuso como espejo de todos los hombres, como tema central de una obra autobiográfica que se erige, a su vez, como un arte poética.x{0026}lt;/P x{0026}lt;P La esposa de Renard censuró y quemó muchos de los pasajes del texto original, por lo que la primera publicación del x{0026}lt;I Diariox{0026}lt;/I , en 1925, representa tan solo la mitad de la obra.x{0026}lt;/P
Jules Renard (Châlons-sur-Maine, 1864-París, 1910) es uno de los escritores franceses más importantes del cambio del siglo xix al xx, época de tanta renovación en artes y literatura. Fue uno de los fundadores de la prestigiosa revista Mercure de France y perteneció a la Academia Goncourt. Defensor de los derechos civiles, socialista, pacifista y anticlerical, fue alcalde de Chitry-les-Mines. <br><br>Prolífico autor de poemas, novelas, cuentos y obras teatrales (sus obras completas ocupan diecisiete volúmenes), debe su destacado lugar en las letras francesas a tres títulos: Pelo de Zanahoria (novela en 1894 y obra teatral en 1900), los poemas en prosa de Historias naturales (ilustrados en distintas ediciones por Toulouse-Lautrec, Félix Vallotton o Pierre Bonard, y cinco de ellos puestos en música por Maurice Ravel) y, sobre todo, desde su publicación póstuma en 1925, su Diario, unas páginas lúcidas no sólo sobre la sociedad francesa sino sobre él mismo
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