Detrás de la alegría de Ana, la Caperucita verde de esta historia que, ya adulta, ve a su hija María como un sol resplande-ciente, se esconde la esperanza de que esa hija cumpla con sus propias ambicio-nes frustradas por el hermanito que en su infancia la había despojado del trono . Comprendemos entonces que la historia vuelve a repetirse, porque lo que Ana espera de su hija María es lo mismo que sus padres, por idénticos motivos, espe-raron frente al nacimiento de Ana.
Médico y psicoanáista de amplia trayectoria. Director del Centro Weizaecker de Consulta Médica y del Instituto de Docencia e Investigación de la Fundación Luis Chiozza.
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