x{0026}lt;p x{0026}lt;strong Ivan Jablonkax{0026}lt;/strong (París, 1973) es profesor de Historia en la Universidad París XIII y codirector de la colección La République des Idées de la editorial Seuil. Entre sus libros destacan, coeditados por Anagrama y Libros del Zorzal,x{0026}lt;strong x{0026}lt;em Laëtitia o el fin de los hombresx{0026}lt;/em x{0026}lt;/strong : Un libro inclasificable en la estela de x{0026}lt;em El adversariox{0026}lt;/em de Carrère y x{0026}lt;em A sangre fríax{0026}lt;/em de Capote... Un historiador francés que no le teme a la literatura (Elena Hevia, x{0026}lt;em El Periódico);x{0026}lt;/em Obra maestra. Es uno de los libros más conmovedores que he leído y su impacto me acompañará para siempre (Jordi Amat, x{0026}lt;em La Vanguardia);x{0026}lt;/em Un libro tan apasionante como turbador (Jordi Puntí); Hay libros que merecerían ser recomendados con fervor para que el lector atento no se los perdiera. Eso es lo que le debería ocurrir a x{0026}lt;em Laëtitia o el fin de los hombresx{0026}lt;/em (Elvira Lindo); x{0026}lt;strong x{0026}lt;em En camping-carx{0026}lt;/em x{0026}lt;/strong : Un canto a la infancia amada y perdida para siempre (Adriana Muscillo, x{0026}lt;em Clarín);x{0026}lt;/em El autor da un giro delicioso: recupera los veranos de la infancia en autocaravana, pero también un estilo de vida y una sociedad desaparecidos (Anna Ballbona, x{0026}lt;em Ara);x{0026}lt;/em y x{0026}lt;strong x{0026}lt;em Hombres justosx{0026}lt;/em x{0026}lt;/strong : Propone refundar la virilidad para hacerla compatible con la igualdad de género (Álex Vicente, x{0026}lt;em El País). x{0026}lt;/em x{0026}lt;strong x{0026}lt;em Historia de los abuelos que no tuvex{0026}lt;/em x{0026}lt;/strong , que ahora recuperamos, es otro de sus libros fundamentales, y fue galardonado en 2012 con el Premio del Senado para libros de historia, el Premio Guizot de la Academia Francesa y el Premio Augustin Thierry.x{0026}lt;/p x{0026}lt;p Fotografía Hermance Triay Opale Leemage x{0026}lt;/p
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Notre société est obsédée par les jeunes de cité. Mais cette peur sociale va de pair avec une ambition politique : assimiler à la nation les mineurs qui lui semblent étrangers. Enfants naturels sous la Révolution, jeunes délinquants au début du XIXe siècle, enfants abandonnés sous la Troisième République, jeunes de banlieue aujourd'hui, tous sont ...
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